La maldici¨®n del Chase Center: los Warriors, ¨²ltimos de la NBA
Una de las mayores dinast¨ªas de la historia ha pasado de ganar tres anillos y jugar cinco Finales a hundirse en el ¨²ltimo puesto de la competici¨®n; nueva derrota ante los Pelicans.
Cuando Michael Jordan, Scottie Pippen y Phil Jackson abandonaron la din¨¢mica de los Bulls, la franquicia entr¨® en una vor¨¢gine de resultados que provoc¨® que pasaran del anillo al averno.La temporada 1998-99, primera sin el tr¨ªo en las filas de una de las mayores dinast¨ªas de la historia (sino la mejor) finaliz¨® con un r¨¦cord de 13-37 (la temporada del lockout) al que le sigui¨® uno de 17-65 y otro de 15-67. Uno de los mayores hundimientos de la historia para un equipo que ven¨ªa de dominar la d¨¦cada de los 90 con seis anillos en ocho temporadas y tres campa?as seguidas por encima de las 60 victorias, incluido el 72-10 de la 1995-96. Todav¨ªa es recordada la frase de Ron Harper, uno de los pocos supervivientes que continu¨® en los Bulls en el curso inmediatamente posterior al adi¨®s de las referencias de Chicago: "No s¨¦ qu¨¦ pensar¨ªa Mike de todo esto", dijo el base, que fue rescatado por un Jackson reci¨¦n llegado a Los ?ngeles y sum¨® dos anillos m¨¢s a su palmar¨¦s (se retir¨® tras la 2000-01, antes del tercer y ¨²ltimo campeonato de Shaq y Kobe) en las filas de los Lakers.
En esos Bulls?que ganaron el ¨²ltimo three peat?estaba Steve Kerr, un hombre que siempre ha sabido estar en el lugar y momento adecuado y, oli¨¦ndose lo que estaba por venir puso rumbo a climas m¨¢s c¨¢lidos para recalar en los Spurs, con los que conquist¨® el anillo de 1999 (cuarto consecutivo para ¨¦l) y del 2003, quinto y ¨²ltimo de su carrera. Casi nada para un hombre que no pas¨® de los 8,6 puntos de promedio (1993-94) y que solo jug¨® 30 partidos de titular de los 910 disputados en la competici¨®n norteamericana pero que representa una de las mentes m¨¢s brillantes y que mejor comprende este deporte. Esta vez, el ex jugador no ha cambiado de equipo y se ha comido en primera persona uno de los hundimientos deportivos m¨¢s grandes (de momento) de los ¨²ltimos a?os.
Tampoco la culpa es de Kerr. El t¨¦cnico tiene en sus manos una situaci¨®n imposible de gestionar por mucha calidad que tengas. A la salida de Kevin Durant se han unido las lesiones de Klay Thompson y Stephen Curry. El primero seguramente no vuelva en toda la temporada y el segundo no tiene fecha de regreso, aunque ser¨¢ reevaluado en tres meses. La ausencia de la piedra angular de la franquicia se une a la salida de Andre Iguodala, la disfuncionalidad de Draymond Green, mucho m¨¢s c¨®modo en un rol secundario que teniendo que liderar y las molestias de D'Angelo Russell, que llegaba al equipo como apoyo y estar¨¢ al menos dos semanas en el dique seco. Igual que Kevon Looney, tambi¨¦n fuera de juego y sin fecha de regreso.
El problema no es solo de lesiones, tambi¨¦n es moral. Al fin y al cabo, el equipo ya perd¨ªa con Curry (1-3 de r¨¦cord y recibiendo una paliza en el momento de lesionarse) y ha perdido con y sin Green y con y sin Russell. Tener encendida la llama de la competitividad en el base o el ala-p¨ªvot, que llevan tres anillos en cinco temporadas y cinco Finales consecutivas, no es sencillo sino est¨¢ al lado Thompson, un escolta que la historia recordar¨¢ como el verdadero sost¨¦n de este equipo. Un hombre que sin ser el que m¨¢s calidad tiene, el que m¨¢s puntos anota o el m¨¢s carism¨¢tico, ha conseguido sacar al equipo de situaciones ignominiosas (los 10 triples ante OKC en el sexto partido de las finales del Oeste en 2016 son un claro ejemplo de ello) y ha sido un seguro en defensa para la plantilla y en particular para Curry, ese hombre que ha ocupado siempre la primera plana pero al que nunca ha dejado de cubrir las espaldas. Est¨¢ claro que el playmaker es la cara del proyecto. Pero Klay conforma la base, los cimientos sobre los que se sostiene en la pista y tambi¨¦n fuera de ella, donde se ha mostrado dispuesto a renunciar a dinero para que la dinast¨ªa siga su curso. Su ausencia, unida a la de Durant, el mayor talento los Warriors de los dos ¨²ltimos anillos por mucho que la gente quiera entrar en debates eternos, dejaba a Golden State en una situaci¨®n ya de por s¨ª compleja antes de empezar una de las temporadas m¨¢s revolucionarias de la historia reciente de la Liga.
Ante los Pelicans, m¨¢s de lo mismo. Los Warriors perdieron todos y cada uno de los cuartos en un partido al que llegaban con los mismos duelos ganados que sus rivales, pero con m¨¢s perdidos. Ya ocupaban por lo tanto el ¨²ltimo puesto de la competici¨®n, pero tras el resultado lo hacen de una manera m¨¢s clara y como ¨²nico conjunto con tan solo dos victorias de la Liga. Son el peor equipo de la competici¨®n tras Knicks y los propios Pelicans, que llevan tres victorias por cabeza. Ante Nueva Orleans han tenido un quinteto formado por Eric Paschall, Willie Cauley-Stein, Glenn Robinson III, Alec Burks y Draymond Green, que debe de estar perdido compartiendo cinco inicial con cuatro baloncestistas con los que era impensable que empezara un duelo. Como es impensable el nivel mostrado por el que fuera Mejor Defensor en 2017, que ha acabado el encuentro con 7 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias con un ignominioso 2 de 10 en tiros de campo. Est¨¢ en poco m¨¢s del 40% en tiros y un 28 en triples, un arma que nunca ha destacado en su arsenal. Los 9 puntos por partido que est¨¢ promediando no parecen suficientes en un equipo que necesita (mucho) m¨¢s de ¨¦l.
El encuentro tampoco tuvo mucha historia. Los Pelicans abrieron hueco de forma paulatina gracias a los 26 puntos de JJ Redick y los 22 (+8+9) de Jrue Holiday. No jugaron la horda de fichajes que llegaron en verano procedentes de los Lakers en el traspaso que involucr¨® a Anthony Davis. Tampoco lo necesitaron. La entidad de Nueva Orleans, a la deriva y esperando a Zion Williamson, venci¨® a unos Warriors que fueron a¨²n peores que ellos en un partido tosco, lleno de errores (ning¨²n equipo super¨® el 50% en tiros) y que cay¨® del lado del menos malo. En este caso los pel¨ªcanos.
Los Warriors solo pudieron encestar 100 puntos a la segunda peor defensa de la NBA (los Wizards reciben una d¨¦cima m¨¢s, 120,1 puntos por choque). Ahora mismo, los de Steve Kerr meten 108,8 puntos por duelo (117,7 la campa?a pasada), y reciben 119 (111 hace unos meses) siendo la tercera peor defensa de la NBA solo por detr¨¢s de la franquicia de Washington y los propios Pelicans. M¨¢s all¨¢ de Russell (24 puntos por partido), un jugador que parec¨ªa haber encontrado su sitio la pasada campa?a y que se encuentra de nuevo perdido y (todo hay que decirlo) exento de responsabilidades, solo Paschall (16 por duelo, 30 ante Nueva Orleans) parece mostrar brotes verdes. Un jugador, recordemos, pr¨¢cticamente desconocido para el aficionado NBA hace unos meses.
El Chase Center y el futuro
La mala din¨¢mica de los Warriors ha coincidido con el cambio de pista. El adi¨®s al Oracle, que se despidi¨® amargamente con la derrota en el sexto partido de las Finales ante los Raptors, ha supuesto el advenimiento de una nueva era... o esa era la intenci¨®n. Desde que se ha producido la mudanza todo lo que hemos visto ha sido un c¨²mulo de desprop¨®sitos. Marcha de jugadores, continuas lesiones... no hay manera de levantar una situaci¨®n que, insistimos, no es culpa de nadie. Las dinast¨ªas no duran para siempre y Golden State, un equipo al que las lesiones han respetado de manera constante (con excepciones puntuales) en un lustro en el que han hecho historia. En el Chase Center de momento llevan un r¨¦cord de 1-6 ante un p¨²blico menos ruidoso de lo que se acostumbra. Su primera y ¨²nica victoria lleg¨® ante los Blazers. Un pobre bagaje para un nuevo comienzo que tardar¨¢ en arrancar.
Eso s¨ª, el futuro de la franquicia no corre, a priori, un gran peligro. El retorno de Klay y de Curry para la temporada que viene (como tarde) debe desengrasar a unos Warriors que se van a tomar una temporada de transici¨®n (salvo sorpresa). Si Green recupera su nivel y Russell carbura podr¨ªan volver a ser candidatos a los playoffs y ya veremos si al anillo. Eso s¨ª, tienen mucho dinero comprometido hasta 2022 (Steph, Thompson, D'Angello y Draymond cobran todos entre 20 y 40 millones por temporada) y hasta 2023 (Curry es el ¨²nico que termina contrato el a?o antes). Si quieren mantener al big three, esa columna vertebral que les ha dado tanto, est¨¢n atados de pies y manos y solo podr¨ªan utilizar a Russell en un hipot¨¦tico futuro traspaso para hacerse con refuerzos. Ahora mismo tienen muchos problemas para firmar nuevos jugadores precisamente por ese poco espacio salarial, en parte consecuencia del sing and trade realizado con el ex de los Nets. Esto los deja con nueve jugadores sanos en plantilla... ?La parte buena? Que, de cara al futuro, tienen entre sus filas a cuatro estrellas que se encuentran en la plenitud de su carrera y con los que podr¨¢n volver a ganar si est¨¢n sanos.
En definitiva, parece que nos encontramos en una temporada de transici¨®n y una de las mayores ca¨ªdas de un a?o para otro de la historia reciente de la Liga. No parece que el destino de los Warriors sea el de los Bulls. Material y plantilla tienen para regresar a playoffs dentro de un a?o. Eso s¨ª, Golden State vive un punto de inflexi¨®n y tendr¨¢ que aprender a sobrevivir sin Durant (ya ganaron sin ¨¦l en 2015) y cimentar las bases que han sostenido uno proyecto ideado por Bob Myers en los despachos y por Steve Kerr en los banquillos. Si esto ocurre y la salud les acompa?a, volver¨¢n. Mientras tanto, ah¨ª est¨¢n, experimentando la otra cara de la NBA. Algo inimaginable hace unos meses. Qui¨¦n lo habr¨ªa dicho...