Problemas en Portland: Lillard brilla pero los Blazers naufragan
El equipo de Pau Gasol, que todav¨ªa no ha podido debutar, est¨¢ decepcionando y ya se habla de movimientos de mercado: Kevin Love, Danilo Gallinari...
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La pasada temporada los Blazers ganaron 53 partidos (su tope en un lustro) y jugaron su primera final de Conferencia desde 2000, cuando una remontada ¨¦pica de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal les dej¨® fuera de las Finales en el s¨¦ptimo y definitivo partido. Se hab¨ªan hecho hueco en el lado m¨¢s amable (el que no ten¨ªa a Warriors y Rockets, b¨¢sicamente) del cuadro de playoffs gracias a una extra?a ¨²ltima jornada de Regular Season en la que remontaron 20 puntos a los Kings sin ning¨²n titular en el roster. Pero, m¨¢s all¨¢ de eso, hab¨ªan sido el tercer mejor ataque de toda la NBA (114,7 por rating, solo por detr¨¢s de los citados Warriors y Rockets) y hab¨ªan contado con una defensa lo suficientemente aseada para producir un +4,2 de net rating, s¨¦ptimo de la NBA.
La temporada acab¨® en ¨¦xito a pesar de que pareci¨® descarrilar cuando se rompi¨® la tibia Jusuf Nurkic. El oso bosnio promediaba 15,6 puntos, 10,4 rebotes y 3,2 asistencias cuando cay¨® fulminado el 25 de marzo, ya con un m¨¢ster sobre c¨®mo jugar al lado de Damian Lillard y CJ McCollum, Los Blazers pudieron disimular pero no hacer olvidar su inmensa presencia (4-0 en la final del Oeste ante unos Warriors sin Kevin Durant). Y acabaron curso con sobresaliente y la sensaci¨®n de que era el momento de intentar dar el paso hacia la aspiraci¨®n m¨¢xima, el anillo de campe¨®n. Durante los ¨²ltimos a?os, hab¨ªan vivido maravillados la explosi¨®n de Lillard y el ascenso de McCollum, finalmente a la altura de cualquier backcourt de la NBA que no fuera el formado por Stephen Curry y Klay Thompson. En la 2014-15, la derrota en primera ronda pese a ganar 51 partidos fulmin¨® un proyecto que ya se hab¨ªa torcido por los problemas de rodilla que acabaron con la carrera de Brandon Roy. Salieron de golpe LaMarcus Aldridge, Wesley Matthews, Nico Batum, Robin Lopez y Arron Afflalo. Cuatro titulares y el sexto. Y se quedaron Lillard y un McCollum que por entonces jugaba menos de 16 minutos por partido. Los Blazers, aunque amenazaba reconstrucci¨®n profunda, no se han bajado de los playoffs desde entonces.
Con un jugador franquicia extraordinario y comprometido, un escudero de primer¨ªsimo nivel, un buen entrenador (Terry Sttots), un p¨²blico fiel en una ciudad donde no hay otro gran equipo en el deporte profesional y un funcionamiento casi siempre intachable, los Blazers se plantearon c¨®mo ser m¨¢s que eso en, eso s¨ª, un mercado demasiado escorado al noroeste y al que ni siquiera suelen mirar las grandes estrellas (solo hay que fijarse en los coqueteos de los ¨²ltimos a?os con un Carmelo Anthony ahora ca¨ªdo en desgracia). Y la opci¨®n del general manager Neil Olshey fue el riesgo, movimientos de posible margen residual (la llave del crecimiento) mientras se aseguraba lo troncal. As¨ª que el equipo no cambi¨® en cuanto a protagonistas principales pero s¨ª, mucho, en el resto del reparto, ya sin cl¨¢sicos como Mo Harkless y Aminu, cuya contribuci¨®n en los ¨²ltimos a?os hab¨ªa sido esencial pero en los que acab¨® pesando m¨¢s los problemas para anotar y generar ataque en playoffs que su incuestionable servicio al funcionamiento colectivo del equipo. Tampoco siguieron Evan Turner, Seth Curry, que jug¨® una excelente temporada pasada, ni un Meyers Leonard que nunca explot¨® del todo y, en realidad, solo amag¨® unas poquitas veces. Olshey le dio la midlevel (11 millones por dos a?os) a Rodney Hood mientras Enes Kanter se pensaba si aceptarla, cambi¨® a Turner por Kent Bazemore, apost¨® por un Hezonja necesitado de aire fresco y por veteranos como Tolliver y Pau Gasol. Y pesc¨® a Hassan Whiteside, un gigante adormilado, para mantener caliente el puesto de p¨ªvot hasta la reincorporaci¨®n de Nurkic. Los Blazers hab¨ªan cambiado mucho pero era dif¨ªcil, sobre el papel, saber si realmente eran mejores o solo eran distintos. Y resultaba innegable que, en realidad, el mayor margen de crecimiento estaba en casa, con Anfernee Simons por fuera y Zach Collins por dentro.
Mientras met¨ªan el bistur¨ª hasta el fondo de su roster, los Blazers amarraron el eje y borraron de un plumazo el debate (muchas veces artificial) sobre si Lillard y McCollum pod¨ªan ser una pareja sobre la que construir un equipo campe¨®n o si era mejor traspasar a uno de los dos. El base (29 a?os) se llev¨® una ampliaci¨®n de cuatro temporadas y 196 millones. El escolta (28) otra de tres y 100. El primero pasaba a tener contrato hasta 2025 y el segundo, hasta 2024. Con esos casi 300 extra, ambos apilaban 414 millones en las cuentas de la franquicia para seis temporadas. Los Blazers, por si hab¨ªa duda, ser¨ªa con Lillard y McCollum o no ser¨ªan.
La cuesti¨®n es que, por ahora, no son. La temporada ha comenzado con un pobre 3-6, con ahora cuatro derrotas seguidas y un 0-3 en su pista, donde ni siquiera 60 puntos de Lillard valieron para ganar a unos Nets que no est¨¢n siendo precisamente infalibles. Tambi¨¦n han perdido ya contra los depauperados Warriors aunque Lillard se fue a 39 puntos. Entre ambas derrotas, no supieron cerrar en los ¨²ltimos minutos (normalmente especialidad de la casa) un triunfo de mucho prestigio ante los Clippers. Y tambi¨¦n perdieron. La pasada temporada no se libraron de un inicio con dudas (13-11) y la anterior rondaban el 50% de triunfos en enero (22-21). Los Blazers suelen corregirse en ruta y ser competitivos en playoffs. Pero esta temporada su objetivo no era a priori ser outsiders ni meritorios sino ver hasta d¨®nde pod¨ªan amenazar en un trono del Oeste de repente vacante tras la lesi¨®n de Klay Thompson y la fuga de Kevin Durant de los Warriors. Y, adem¨¢s, esta vez las sensaciones son especialmente negativas porque da la impresi¨®n de que, sencillamente, la nueva rotaci¨®n no funciona.
Los Blazers han perdido la intensidad defensiva que aportaban Harkless y Aminu sin a?adir la creaci¨®n de juego fuera del backcourt que les faltaba a los dos. No tienen tiradores tan especialistas como Seth Curry y Whiteside est¨¢ siendo lo mismo que en Miami Heat: n¨²meros sin peso espec¨ªfico, producci¨®n hueca y unas dificultades enormes para jugar el pick and roll pese a sus siete pies reales y a compartir pista con un especialista tan consumado como un Lillard que, por su parte, est¨¢ jugando al mejor nivel de su carrera, en n¨²meros y unas sensaciones de aspirante con galones al MVP. Es muy preocupante estar 3-6 con el base en medias de 33,3 puntos (techo de su carrera), 5 rebotes (techo), 6,9 asistencias (a la altura de su mejor temporada) y con 38 minutos en pista (tope tambi¨¦n) y sus mejores n¨²meros de tiro por volumen y porcentajes: 49,5% de campo y 39,8 en triples con 4,1 anotados por noche. Llamando a la puerta (ronda el 91% en tiros libres) del club del 50-40-90.
Si Lillard est¨¢ mejor que nunca y el equipo est¨¢ en uno de los peores momentos de los ¨²ltimos a?os, la regla de tres es sencilla: todo lo dem¨¢s va horriblemente mal. La salud, de entrada, no ha acompa?ado: Nurkic no est¨¢ cerca de volver (algo sabido) y Zach Collins est¨¢ fuera sin fecha pr¨®xima de regreso por una lesi¨®n de hombro que le ha llegado antes de que se pudiera saber qu¨¦ tienen realmente con ¨¦l unos Blazers que le hab¨ªan dado rango de ala-p¨ªvot titular, un puesto en el que son ahora especialmente d¨¦biles. Labissiere, Hood y Whiteside tambi¨¦n tienen problemas f¨ªsicos, Pau Gasol todav¨ªa no ha podido debutar y a Tolliver le pesan ya de verdad sus doce a?os de carrera profesional.
McCollum, el h¨¦roe de las semifinales del Oeste contra los Nuggets, una eliminatoria apasionante, ha empezado mal: 19,4 puntos (lleva cuatro temporadas por encima de los 20) con noches abismales y sus peores n¨²meros totales de tiro: 38% de campo, 32,6% m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de tres. Y Whiteside promedia 14,1 puntos, 13,3 rebotes y 1,9 tapones que en la mayor¨ªa de partidos no tienen efecto alguno (no positivo al menos) en el marcador. As¨ª que los Blazers tienen un net rating de -1, su defensa es una de las diez peores y su ataque es und¨¦cimo por n¨²meros... pero mucho peor a la vista y si se atiende a las sensaciones y los resultados. Y con la certeza, por ahora, de que la gran cruz de pasadas temporadas sigue a cuestas de Lillard y McCollum: nadie crea juego m¨¢s all¨¢ de ellos, un asunto crucial cuando las defensas exigen al m¨¢ximo en playoffs.
Anfernee Simons ha dado m¨¢s muestras de su talento que Hezonja del suyo, pero la baja de Nurkic se antoja demasiado trascendental en un equipo en el que Stotts, adem¨¢s, arriesga en sus rotaciones y no separa todo lo que deber¨ªa los minutos de Lillard y McCollum para tener siempre a uno de los dos en pista. Los tramos sin ninguno de ellos suelen ser un lastre decisivo. Y el movimiento en ataque y la creaci¨®n est¨¢n tan colapsados que los Blazers dan 6,8 asistencias menos de media que sus rivales, de largo el peor dato de toda la liga. El 89,4% de las canastas de Lillard no son asistidas (cuarto de la NBA tras Fred VanVleet, De'Aaron Fox y Jeff Teague). Pero es que McCollum es octavo en ese r¨¢nking y Hood est¨¢ tambi¨¦n entre los 25 primeros. Ellos tres amasan el 57,8% de los puntos totales de los Blazers en los que la anotaci¨®n depende ahora mismo de Lillard a unos niveles t¨®xicos: el 72,7% de los puntos los produce el base anotando (29,5%) o asistiendo (43%). En defensa, Whiteside solo es efectivo literalmente al lado del aro: ah¨ª los rivales anotan un 27% de los tiros... que es un 78% en cuanto se alejan un poco. Su 4,4% de porcentaje de tapones es el m¨¢s bajo de su carrera, su ratio de rebotes tambi¨¦n ha empeorado y el equipo ha sido un desastre cuando ha jugado a su lado un Tolliver que ha concedido un 66,3% de acierto cerca del aro a los jugadores a los que ha defendido.
Es m¨¢s f¨¢cil neutralizar a los Blazers y es m¨¢s f¨¢cil encontrar agujeros en su defensa. Esto ¨²ltimo parece quedar demostrado por el hecho de que hacen cuatro faltas menos por partido que sus rivales pero estos lanzan 7,2 tiros libres m¨¢s. La prueba de que son faltas mal hechas o forzadas para evitar anotaciones casi seguras. Si es f¨¢cil suponer que McCollum volver¨¢ a su mejor nivel y obvio interpretar que la vuelta de Nurkic ser¨¢ un empuj¨®n esencial, tambi¨¦n es sencillo especular con unos posibles movimientos que sit¨²an a los Blazers como uno de los posibles animadores del mercado invernal. Tienen a j¨®venes con valor de mercado, Anfernee Simons a la cabeza, tiene sus picks de draft y los expiring contracts de Whiteside (27 millones) y Bazemore (19,2). En todos los rumores acaban apareciendo un Kevin Love que est¨¢ promediando m¨¢s de 18 puntos y 14 rebotes en los Cavs y un Danilo Gallinari cuya llegada podr¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil de acometer con los Thunder metidos de lleno en una recontrucci¨®n que pasa por la tonelada de rondas de draft que obtuvieron por Paul George y Russell Westbrook. Veremos si la soluci¨®n est¨¢ ah¨ª o si, otra vez, Stotts encuentra la forma de optimizar los recursos a su disposici¨®n. Lo contrario ser¨ªa malgastar un a?o que apunta a extraordinario de Lillard y quedarse a las puertas, otra vez, del paso definitivo que separa a los buenos de los mejores. Y darlo, de eso no hay duda, era el objetivo nada disimulado para esta temporada 2019-20 que no ha comenzado nada bien en Oreg¨®n.