Desastre Lakers en la peor derrota en la carrera de LeBron
Perdieron por 42 puntos en Indiana en un partido que nunca pareci¨® interesarles. LeBron, eso s¨ª, es el quinto jugador en alcanzar los 32.000 puntos.


Estamos en unos d¨ªas que pueden suponer un punto de inflexi¨®n para los Lakers, nadie sabe si para bien o para mal. El que haya visto el partido de esta noche seguramente piense que para muy mal. Porque la imagen que han mostrado en Indiana ha sido paup¨¦rrima y lo peor no es eso. El mayor problema es que el esp¨ªritu del grupo haya quedado seriamente tocado con todo tema del traspaso de Anthony Davis.
Esa es la sensaci¨®n que qued¨® tras ver este partido. Har¨¢n falta m¨¢s para confirmarlo, pero desde luego no fue un buen s¨ªntoma. Los Lakers fueron por debajo todo el partido y pronto se vio que no iba a ser su noche. En ataque cada uno hac¨ªa la guerra por su cuenta y en defensa nadie se present¨® a la batalla. LeBron James (18+7+9) fue el ¨²nico que luci¨® por momentos junto a JaVale McGee (16+4 en 15 minutos). La estrella de los Lakers, m¨¢s sola que nunca, alcanz¨® los 32.000 puntos en su carrera (el quinto que llega a esta cifra) en la peor derrota de su vida. Nunca hab¨ªa perdido por tantos puntos estando ¨¦l en cancha.
En la historia de la franquicia angelina s¨®lo han perdido once veces por m¨¢s de 40 puntos. Siete de esas once han sido de 2014 en adelante. Es simplemente un dato m¨¢s que apoya la teor¨ªa de que estamos ante el peor momento de los Lakers. Unos a?os nefastos que parec¨ªan tocar a su fin con la llegada de LeBron cuando, hace no tanto tiempo, eran cuartos a una victoria y media del l¨ªder. Pero ahora mismo todo esto se ve tan lejano que no parece real.
Entre tanto los Pacers ganaron su tercer partido consecutivo y parecen esquivar la mini crisis de resultados que se les estaba formando desde la lesi¨®n de Oladipo. Han recuperado la cuarta plaza a costa de los Sixers y el equipo vuelve a dar motivos para la ilusi¨®n. Con Bogdanovic (24 y 5 asistencias) y un Turner dominante (22 y 4 tapones) se dieron un fest¨ªn a costa del rival.
Los aficionados se lo pasaron en grande y les qued¨® tiempo para hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo. Le gritaron a Ingram a coro en unos tiros libres "LeBron te quiere traspasar". La cuesti¨®n no es que lo piensen los aficionados rivales, sino que lo piense el propio Ingram. Y cuando decimos Ingram vale igual para Lonzo, Kuzma, Zubac o Hart. Porque si al final no se hace el traspaso van a seguir siendo compa?eros y eso podr¨ªa romper la confianza mutua que debe reinar en un vestuario para alcanzar los objetivos comunes.
Hay una imagen con el partido ya muy avanzado que muchos est¨¢n poniendo como ejemplo. LeBron James en el banquillo, en el extremo contrario al cuerpo t¨¦cnico, completamente solo. Tres sillas vac¨ªas a su lado y luego el resto de sus compa?eros. Puede que se trate de una situaci¨®n puntual, pero no es muy habitual ver algo as¨ª.