La reconstrucci車n m芍s dif赤cil de la historia: los Nets ya ven luz
Tras el traslado a Brooklyn y el traspaso por Paul Pierce y Kevin Garnett, la hist車rica franquicia qued車 en ruinas. Ahora va saliendo del pozo.
Mikhail Prokhorov, multimillonario y playboy ruso (ahora 53 a?os), no se pod赤a resistir al olor del dinero y, sobre todo, a los focos bajo los que se mueve el deporte profesional estadounidense. Hace poco m芍s de una d谷cada, trabajaba en un plan que vio la luz verde en mayo de 2010 y que le puso al frente de los Nets y de su proyecto de mudanza de New Jersey a Brooklyn. De un extrarradio yermo al centro del universo, con el nuevo Barclays Center como una multimillonaria joya de la corona. El primer due?o de una franquicia NBA no norteamericano lleg車 y conquist車 con ese extra?o carisma del poder nada disimulado: se present車 en su primera rueda de prensa diciendo "americanos, vengo en son de paz" y prometi車 despu谷s casarse si en cinco a?os sus Nets no hab赤an sido campeones.
Los Nets cambiaron de ubicaci車n, de imagen y de uniformes en abril de 2012: ya los Brooklyn Nets de un Prokhorov que se fue cansando del juguete cuando comprob車 que, al contrario que muchos otros negocios, en el deporte las cuentas acaban siendo muchas veces cuentos. Seguramente fue la lentitud de los trayectos y la tozudez en la derrota que el dinero no combaba lo que fue haciendo correr que hab赤a dejado de querer los Nets. Hace poco m芍s de un a?o vendi車 el 49% del conglomerado a Joseph Tsai, cofundador de Alibaba.
Prokhorov ten赤a un plan que pasaba por hacer mucho ruido, quitarle Nueva York a los Knicks y desde ah赤 dominar la NBA. Lo primero era f芍cil de lograr en la pr芍ctica, lo dem芍s solo en su cabeza. Y por pura irresponsabilidad o por huir hacia adelante para tener contento al jefe, el general manager Billie King (en el cargo entre 2010 y 2016) se lanz車 a dibujar en un roster profesional los sue?os que poblaban la mente de un multimillonario ruso para el que casarse era algo tan parecido al infierno que lo ofreci車 como prenda a cambio de que se creyera en su proyecto megal車mano. En 2015, cuando hab赤an pasado los cinco a?os, se limpi車 del asunto asegurando que le pasaba el cable a Adam Silver, que contrajo matrimonio ese a?o y es (por lo que parece) perfectamente feliz con ello, por raro que le deba parecer a Prokhorov.
Danny Ainge, en Boston, observaba lo que pasaba no muy lejos de su despacho de vieja escuela y se dispuso a charlar, con su mejor sonrisa de tah迆r, con los nuevos ricos de Brooklyn, que ten赤an a Joe Johnson, Deron Williams y Brook Lopez pero quer赤an m芍s. Primero se habl車 de Paul Pierce a cambio de una primera ronda y Kris Humphries. Ainge ya sab赤a que sus 迆ltimos Celtics grandes, los del anillo de 2008, hab赤an caducado, y que cuanto m芍s decidiera la cabeza y menos el coraz車n, antes tendr赤a otro gran equipo en el bolsillo. As赤 que el pez gordo (rico) pic車 todo el anzuelo: Pierce (36 a?os) se fue con Kevin Garnett (37), un Jason Terry tambi谷n venido a menos y DJ White a Brooklyn a cambio de varios jugadores (Gerald Wallace, Kris Humphries, MarShon Brooks, Keith Bogans...) y, aqu赤 esaba el quid de la cuesti車n, tres primeras rondas (2014, 2016 y 2018) m芍s el derecho a intercambiar la de 2017 si tal era el deseo de los Celtics.
Fue un 12 de julio de 2013. El d赤a en el que los Celtics sentaron las bases de un futuro brillante a muy corto plazo y los Nets aceptaron el peor trade de la historia, probablemente. Uno que les aboc車 a, es donde est芍n ahora, seguramente la reconstrucci車n m芍s dif赤cil que jam芍s haya tenido delante los despachos de una franquicia.
Los Nets ganaron 44 y 38 partidos entre 2013 y 2015 y cayeron en segunda y primera ronda ante Heat y Hawks. Al quinteto de playstation (Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett, Brook Lopez) le sobraban algunos a?os para ser realmente un poder de una NBA que, sin mucha pompa, volvi車 en seguida la vista hacia otras historias. Pero los Nets quedaron all赤, varados: el equipo no daba m芍s de s赤 y no hab赤a ning迆n camino hacia el futuro, sin primeras rondas hasta 2019 salvo la de 2015, sobre la que ten赤an (lo ejercieron) derecho de intercambio los Hawks (finalmente, el pick 15 por el 29) desde el traspaso de Joe Johnson.
Paul Pierce se fue a Washington en julio de 2014, Garnett regres車 a Minnesota en febrero de 2015 y pronto solo qued車 humo donde deber赤a haber un imperio. Billy King fue despedido en enero de 2016 y se puso al frente de una pesadilla imposible el neozeland谷s Sean Marks (que estaba en activo como jugador en pleno ascenso de Prokhorov). En abril, Marks enganch車 a su plan al entrenador Kenny Atkinson, que era asistente de Mike Budenholzer en los Hawks. Y ambos, paso a paso y con mucho trabajo y muy poco glamour, por mucho Brooklyn que sea, est芍n sacando a una franquicia sumergida del fondo de un pozo que amenazaba con no tener fondo si se segu赤a dando palos de ciego. Ahora el equipo est芍 6-6, compite cada noche y avanza hacia el primer verano con su pick de primera ronda desde el trade maldito... y otro, porque tiene la de Denver con una protecci車n 1-12 que no ser芍 efectiva salvo cataclismo improbable en las Rocosas. La obtuvieron, por cierto, cuando asumieron los contratos de Darrell Arthur y Kenneth Faried. Los Nuggets limpiaron 21 millones de sus cuentas y dieron una primera protegida y una segunda ronda (2020).
Y ese es exactamente el modus operandi de estos Nets, que son m芍s Progreso que Proceso: hacerse con cualquier atisbo de talento que se ponga a tiro, usar el margen salarial para absorber contratos t車xicos que vengan con rondas de draft de regalo, sobrepagar por la clase media para, al menos, tener un equipo de verdad que salga a jugar cada noche, y apostar por talentos en cuesti車n con los que en otros sitios se haya acabado la paciencia. Ir rascando: pick a pick, jugador a jugador. Marks caza todo lo que otea a tiro y deja que Atkinson pruebe, juzgue y decida. El desarrollo interno de jugadores cobra una importancia crucial, tambi谷n la creaci車n de un sistema de juego reconocible, duradero y moderno. Primero volver a competir sin las manos y los pies atados, despu谷s la respetabilidad. Finalmente, quiz芍, un equipo de categor赤a. Est芍n creando la cultura. Y tienen Brooklyn, no lo olvidemos. Esas cosas no cuentan... hasta que cuentan.
Seguir el rastro del trabajo de Marks y Atkinson en las dos 迆ltimas temporadas y pico es seguir un rastro de miguitas de pan cuyas ramificaciones se extienden por toda la NBA. Incluido el llamado net tax, un impuesto de los Nets que la franquicia asume como parte del proceso y que va en dos direcciones: ellos entendieron que tendr赤an que sobrepagar por cualquier cosa (titulares a precio de estrella, suplentes a precio de titulares...) y, al hacerlo, han ido obligando a sacar el talonario a otros. As赤 sucedi車 con los tremendos contratos que firmaron a agentes libres restringidos que retuvieron sus equipos: Allen Crabbe, Tyler Johnson, Otto Porter...
Era tan dif赤cil la tarea que pr芍cticamente cada jugador de la actual plantilla tiene un peque?o proceso de ingenier赤a detr芍s. Marks lleg車, cort車 a Andrea Bargnani y dej車 ir a Jarrett Jack, Thomas Robinson, Wayne Ellington, Shane Larkin, Karasev, Willie Reed, Donald Sloan, Henry Sims... Mientras, fich車 a Jeremy Lin y oblig車 a Blazers y Heat y soltar muchos millones a Crabbe y Johnson. En pleno trasiego de jugadores para ver qui谷n era qui谷n (Yogi Ferrell, Anthony Bennett, Justin Hamilton, Joe Harris...), el Thaddeus Young que hab赤an obtenido por Kevin Garnett se fue a Indiana a cambio de un pick con el que lleg車 Caris LeVert, elegido en el n迆mero 20 cuando para muchos expertos era carne de segunda ronda por sus operaciones peliagudas en el pie, que amenazaban una carrera que apuntaba muy alto en Michigan. Hoy, LeVert es una de las sensaciones de la temporada 2018-19 y tiene contrato por solo 2,6 millones para la 2019-20.
Joe Johnson perdon車 tres millones en su buyout, Deron Williams ya hab赤a perdonado antes casi 20: acept車 25 (los cobra prorrateados hasta el verano de 2020, m芍s de 5 al a?o) de los 43, 5 que ten赤an garantizados en Brooklyn. En el cierre de mercado invernal de 2017 Bojan Bogdanovic se fue a Washington: los Wizards sent赤an que era la pieza que necesitaban de cara a los playoffs y los Nets percibieron la oportunidad y en una operaci車n con relleno (Andrew Nicholson, Marcus Thornton...) se llevaron una primera ronda con protecci車n de loter赤a que no se ejecut車 en el siguiente draft: los Nets, que part赤an sin pick, se llevaron en el 22 a Jarrett Allen, que madura hacia lo que parece que va a ser un muy buen p赤vot titular.
En torno al mismo draft de 2017, los Lakers soltaron a D'Angelo Russell, un n迆mero 2 cuyo lugar iba a ser ocupado por otro, Lonzo Ball, para poder liberar el contrato de Ty Mozgov (una barbaridad de 4x64 millones firmada antes de la llegada de Magic Johnson). Se llevaron (adem芍s de a Kuzma) a Brook Lopez, alquilado un a?o, con el espacio salarial para LeBron James ya en mente. Mientras, los Nets deciden sin precipitarse sobre el irregular Russell (ser芍 agente libre restringido el pr車ximo verano).
Y el salario de Mozgov acab車 en Charlotte en la operaci車n salida de Dwigth Howard, cortado (y ahora en Washington). Por el camino (y en operaciones como la de Tyler Zeller) los Nets han apilado segundas rondas, manejables para endulzar posibles traspasos, han absorbido el contrato de Crabbe (por fin en Brooklyn), firmado como agente libre a Ed Davis y capturado, otra oportunidad, a DeMarre Carroll, un fiasco en Toronto. Por desprenderse de su salario, los Raptors les dieron a los Nets dos rondas del pasado draft, primera y segunda: son los europeos Musa y Kurucs, otras balas de un futuro que hace no mucho ni siquiera exist赤a. Otros se est芍n aprovechando de una paciencia y buena mano en el desarrollo de jugadores que empieza a convertir a los Nets en un buen destino en el boca a boca dentro de la liga: Joe Harris, al que miraban con inter谷s los Warriors cuando quer赤an reforzar su banquillo la pasada temporada, o Spencer Dinwiddie son buenos ejemplos.
El alero Rondae Hollis-Jefferson, cuyos problemas en ataque minimizan su valor de futuro, fue otra primera ronda (2015) sacado a los Blazers con Steve Blake por m芍s vestigios del antiguo r谷gimen: Mason Plumlee y Pat Connaughton (ninguno de los dos est芍 ya en Portland).
Apunta a tan barato el Este m芍s all芍 del quinto puesto, especialmente en los dos 迆ltimos billetes para las eliminatorias, que ni siquiera es descartable que los Nets jueguen los pr車ximos playoffs. Pero esa no es la cuesti車n. Tampoco que toque aplauso gratuito por sus tres victorias seguidas, con paliza a los Sixers y triunfo en Denver, donde los Nuggets estaban 6-0. Sencillamente, ese tipo de triunfos y esa buena marcha (en el 50% de victorias) ponen en primera plana lo que est芍 siendo un trabajo excelente, meticuloso, paciente y hasta ahora muy desagradecido. Pase lo que pase, porque son demasiados (y tan vol芍tiles) los factores en juego, el trabajo de Sean Marks y Kenny Atkinson est芍 siendo extraordinario en Brooklyn, donde ya se ven al menos los andamios de lo que hace no mucho era una reconstrucci車n sencillamente imposible. Y en esta NBA donde tantos intentan medrar con atajos y trucos de magia, conviene destacarlo.