Stewart, doble MVP de la WNBA, cobra 10 veces menos que el salario m¨ªnimo de la NBA

La temporada 2018 de la WNBA ha tra¨ªdo el tercer anillo para las Storm ¡ªuna alegr¨ªa para Seattle a la espera de que se cumpla alg¨²n d¨ªa el sue?o de que los Sonics renazcan de sus propias cenizas¡ª y ha coronado a Breanna Stewart. La sexta jugadora que repite el mismo a?o como MVP de la temporada regular y de las Finales ha derribado definitivamente la puerta en su tercera temporada en la NBA femenina. A sus 24 a?os reci¨¦n cumplidos y con un palmar¨¦s sobrecogedor para su edad (un oro ol¨ªmpico, 4 t¨ªtulos de campeona de la NCAA, premio ESPY en 2016 a mejor deportista femenina...) lo tiene todo para prolongar su reinado durante la pr¨®xima d¨¦cada.?

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A?os en los que al un¨ªsono la WNBA espera continuar con su expansi¨®n para convertirse en una liga global y medi¨¢tica bajo el paraguas de su hermana mayor. Sin embargo, esta temporada han cobrado especial importancia las reivindicaciones salariales de las jugadoras. Su objetivo no es equipararse sus fichas con los de la NBA, competici¨®n cuyos ingresos resultan incomparable a los de la femenina, sino conseguir lo que es justo y pasar a percibir en torno al 50% de los incomes que generen.?

Precisamente, para poner en valor esta lucha que han apoyado p¨²blicamente jugadores de la NBA como Isaiah Thomas no hay mejor ejemplo que la situaci¨®n contractual de Breanna Stewart. Insisto, las demandas de las jugadoras no tienen como finalidad ganar lo que sus compa?eros en la Liga masculina.?Pero s¨ª conseguir que sus fichas se equiparen en relaci¨®n a los cada vez mayores beneficios obtenidos por la WNBA. Volviendo al caso concreto de Stewart, no deja ser llamativo un tuit de la activista Charlotte Clymer publicado poco despu¨¦s de la consecuci¨®n del t¨ªtulo y del MVP de las Finales por parte de la ala-p¨ªvot. Su sueldo este a?o en la NBA femenina es de 56.793 d¨®lares (sin incluir bonus como los 15.000 estipulados que recibe la MVP). Cantidad menor al valor del Maserati que adquiri¨® hace unos meses y que se pudo costear gracias a su contrato con el club que juega en China. El gigante asi¨¢tico es uno de los pa¨ªses que, junto a otros como Rusia o Turqu¨ªa, ofrece acuerdos muchos m¨¢s jugosos en lo econ¨®mico a las jugadoras en los meses en los que no hay WNBA.

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Como recordaba Clymer, lo que ha gando Stewart este a?o es diez veces menos que el contrato m¨ªnimo garantizado para un jugador de la NBA la pasada temporada: 562.469 d¨®lares (582.180 para la 2018-19). M¨¢s datos. En este 2018 ninguna jugadora ha contado con una ficha que sobrepasase los 115.000 d¨®lares y en 2017 el salario medio estimado se situ¨® en torno a los 71.635 d¨®lares cuando hace tres a?os estaba en torno a los 75.000. Para que se hagan una idea, si en vez de repartir el 22,8% de sus ingresos, la WNBA hubiese entregado el curso pasado el 50%, el salario medio se habr¨ªa disparado en m¨¢s del 100% hasta los 164.000 d¨®lares que este a?o ni una sola jugadora siquiera ha estado cerca de jugar. Esa es la l¨®gica reivindicaci¨®n que persiguen las jugadoras. No equipararse a los de la NBA, si bien datos tan llamativos como el Stewart ayuden a introducir en la agenda esta lucha.