?Por qu¨¦ se llama Hamptons 5 al mejor quinteto de los Warriors?
Curry, Thompson, Iguodala, Durant y Green forman seguramente la unidad m¨¢s imparable que jam¨¢s ha visto la NBA. Esta es la historia de su nombre.
En los playoffs de 2016 se producen dos remontadas en series que estaban 1-3, con los Warriors en las dos caras de la moneda. Primero, en una final del Oeste para el recuerdo, los Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook escaparon hasta esa ventaja masiva pero perdieron tres partidos seguidos. El segundo de ellos, un sexto jugado con 2-3 en OKC, donde los Thunder hab¨ªan saldado sus dos primeros de la serie con un escandaloso +54 total, y en el que los Warriors sobrevivieron con un partido memorable de Klay Thompson, cuyos once triples (r¨¦cord de playoffs), algunas absolutamente imposibles, mantuvieron con vida a un equipo que hab¨ªa ganado 73 partidos en Regular Season y hab¨ªa aplastado el legendario 72-10 de los Bulls de Michael Jordan.
Y que en la Final fue el primero en dejarse remontar un 3-1 en la lucha por el anillo. Ya se sabe: Stephen Curry entre algodones, la espalda merm¨® radicalmente a Andre Iguodala, una lesi¨®n de rodilla dej¨® fuera a Andrew Bogut y Draymond Green se perdi¨® el quinto partido por lanzar una patada a un LeBron James que, junto a Kyrie Irving, propuls¨® una remontada heroica que es historia del baloncesto.
La llegada de Kevin Durant en 2016
KD anunci¨® su decisi¨®n con un art¨ªculo (¡°My next chapter¡±: mi siguiente cap¨ªtulo) en The Player?s Tribune. El 4 de julio (d¨ªa de la gran fiesta nacional estadounidense) y cuando el mercado llevaba ya casi 100 horas abierto. Su paso por la agencia libre hab¨ªa consistido en una tanda de seis visitas, en las que ¨¦l ejerc¨ªa de anfitri¨®n en los lujosos Hamptons (zona de recreo de las elites de la Costa Este): Thunder, Warriors, Spurs, Clippers, Heat y Celtics. A otros, como los hist¨®ricos pero entonces devaluados Lakers, les dijo que ni se molestaran. En medio de un absoluto secretismo, Durant alquil¨® durante 10 d¨ªas y por 100.000 d¨®lares una mansi¨®n que hoy est¨¢ a la venta por 15 millones: a una manzana de la playa, con cinco dormitorios, casi 70 metros cuadrados y un enorme sal¨®n donde se produjeron las reuniones que decidieron su futuro. El due?o de la casa desde 2004 es un abogado jubilado. Antes hab¨ªa pertenecido a un renombrado mafioso, por lo que casi no ten¨ªa ventanas antes de su ¨²ltima reforma.
Por all¨ª pasaron seis franquicias con todo su poder de convicci¨®n y sus presentaciones sobre planes de futuros extraordinarios. Los Celtics incluso llevaron a Tom Brady. Los Heat ten¨ªan a Pat Riley, durante m¨¢s de tres d¨¦cadas un manual humano de c¨®mo ser un ganador en la NBA. Pero los Warriors llegaron con Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala. Con la posibilidad, sencillamente, de formar uno de los mejores equipos de la historia. Y de ser uno de los puntales del traslado del vetusto Oracle Arena de Oakland al Chase Center que ya comienza a erguirse en San Francisco, una especie de Estrella de la Muerte de los nuevos recintos deportivos.
La presentaci¨®n multimedia que hab¨ªan preparado los Warriors fall¨®, lo que en realidad fue beneficioso para su candidatura: Durant tuvo m¨¢s tiempo para charlar sobre baloncesto con los otros cuatro, que hab¨ªan formado junto al alero Harrison Barnes, en la primera versi¨®n de los Warriors de Steve Kerr, el llamado quinteto de la muerte (Death Lineup). Una unidad que el t¨¦cnico usaba en momentos muy concretos de los partidos para hacerlos saltar por los aires. Un equipo que era una versi¨®n de small ball, con Green como p¨ªvot, que cambiaba constantemente en defensa con una agresividad enorme y abr¨ªa la pista con circulaci¨®n constante, amenaza de tiro desde cualquier posici¨®n y cinco jugadores que pod¨ªan botar y crear juego. Cambiar a Harrison Barnes, que se fue a Dallas, por Kevin Durant, era lanzarse a unos l¨ªmites casi absurdos de talento¡ y ventaja de cualquier rival.
El nacimiento de los 'Hamptons Five'
Un nuevo quinteto que necesitaba un nuevo apelativo: Hamptons Five, los cinco de los Hamptons, un recuerdo constante a aquella cumbre en la que se forj¨® el equipo y al grupo de Whatsapp que tienen solo para ellos cinco con ese mismo nombre, que la empresa de Draymond Green (Money 23 Green Enterprises) ya est¨¢ en tr¨¢mites de registrar para poder usarlo en exclusiva¡ y en todo lo que se le pueda ocurrir a uno: ropa, bebidas, c¨®mics, tel¨¦fonos¡
Todos los documentos de aquellas reuniones fueron despu¨¦s meticulosamente destruidos por la agencia que alquil¨® la casa en un principio sin saber para qui¨¦n era. Solo que se requer¨ªa m¨¢xima privacidad ante seis visitas de m¨¢xima importancia. En la ¨²ltima temporada regular, los Hamptons 5 sumaron en sus minutos en pista un rating ofensivo de 124,7, que ser¨ªa r¨¦cord hist¨®rico de un equipo completo. En playoffs han coincidido poco, primero por la lesi¨®n de Curry y despu¨¦s por la de Iguodala. No jugaron junto ante el segundo partido de semifinales contra los Pelicans, y no volvieron a hacerlo hasta el tercero de las Finales, cuando Iggy regres¨® tras seis partidos de ausencia: cuatro contra los Rockets, dos contra los Cavs. Pero ah¨ª va un dato: cuando los Pelicans acortaron distancias (2-1), Kerr puso a su quinteto de ¨¦lite desde el salto inicial. Juntos jugaron en los dos siguientes partidos (4-1 final) 54 minutos en los que los Warriors sacaron 54 puntos a los de Nueva Orleans (165-111). Salvaje. Los n¨²meros imposibles de un quinteto imposible. Seguramente, de hecho, el m¨¢s dif¨ªcil de defender de la historia del baloncesto.