El tobillo de Curry: la lesi¨®n que puede cambiar la temporada

El epicentro de la NBA, ahora mismo, es el tobillo derecho de Stephen Curry. La llave de la temporada, la gran inc¨®gnita, la variable que puede transformar todas las ecuaciones. Esta noche se enfrentan en Toronto el mejor del Este y el mejor del Oeste: Raptors-Rockets. No s¨¦ cu¨¢nto gente apostar¨ªa ahora porque esa ser¨¢ la Final que tendremos a partir del 31 de mayo. Pero quienes se atrevan a hacerlo, por pocos que sean, ser¨¢n m¨¢s que hace cuatro o cinco semanas. No digamos que antes del inicio de la temporada. Es sencillo: los Warriors siguen siendo muy favoritos y LeBron James lleva jugando Finales ininterrumpidamente desde 2011. Pero para que suceda la tormenta perfecta, para que el guion pueda tener escondido un desenlace tan imprevisto, hace falta primero que pasen cosas que est¨¢n pasando. Sobre todo que los protagonistas (Rockets, Raptors) est¨¦n al excelente nivel al que est¨¢n. Tambi¨¦n la desgracia de Hayward, los giros copernicanos de los Cavaliers¡­ y el tobillo de Stephen Curry.

Solo cuatro equipos han jugado cuatro Finales de la NBA seguidas en toda la historia: los Celtics dos veces (las diez del tramo 1957-66 y 1984-87), los Lakers del showtime (1982-85) y los Heat de LeBron (2011-2014). Es as¨ª de dif¨ªcil. Los Warriors ficharon a Kevin Durant cuando perdieron la Final 2016. Se hicieron con un anotador generacional que en realidad era mucho m¨¢s que eso y se hicieron, sobre todo, con una p¨®liza de seguros ¨²nica: no hay otro equipo que pueda ser campe¨®n si se le quita una de sus grandes estrellas. Los Warriors podr¨ªan ganar el anillo sin Curry¡­ pero ser¨ªa muy dif¨ªcil. Especialmente con los Rockets en su actual nivel.

El tobillo de Curry volvi¨® a fallar en el partido ante los Spurs, lo que le garantiza estar de baja en los dos pr¨®ximos, en Portland y MInnesota, una china en el camino hacia el factor cancha en el Oeste (los Rockets les llevan medio partido) en la que nadie piensa en Oakland: porque a estas alturas los Warriors se siente capaces de ganar cualquier serie con o sin ventaja de campo (en las doce que han disputado con Steve Kerr como t¨¦cnico siempre han ganado al menos un partido a domicilio) y porque, una cosa va unida a la otra, lo que realmente priorizan es llegar con gasolina y la enfermer¨ªa vac¨ªa a las puertas de los playoffs. Por eso est¨¢n mimando a Iguodala (34 a?os), por eso cuidan el hombro de Draymond Green¡­ y tiritan cada vez que Curry se lleva la mano al tobillo. Solo cuatro equipos han jugado cuatro Finales seguidas: casi siempre acaban pasando cosas, incluida la extenuaci¨®n competitiva. Lo acaba de asumir Kerr: ¡°No es realista esperar que ganemos 67 partidos ya, es una locura. Requiere demasiada energ¨ªa. Los equipos que ya han ganado campeonatos, como nosotros, saben que pueden derrotar a cualquiera en pista contraria¡±. Precisamente en los dos ¨²ltimos anillos de cada threepeat, los Bulls de Jordan jugaron la Final sin ventaja de campo (ante Suns y Jazz).

44 millones: de riesgo extremo a chollo hist¨®rico

Nada m¨¢s acabar el partido contra los Spurs, ganado por la p¨®liza de seguros KD, Kerr dijo que le importaba poqu¨ªsimo el liderato del Oeste y que solo quer¨ªa tener a sus jugadores sanos. Y Green, que a estas alturas ya saben cu¨¢ndo un problema de tobillo de Curry tiene mala pinta por todas las veces que les ha tocado vivirlo. Y que este hab¨ªa sido el caso. No hay otro factor que pueda estresar al campe¨®n al nivel de un asunto que ha reaparecido definitivamente y cuando parec¨ªa totalmente enterrado.

Porque aunque costaba recordarlo hasta este pasado oto?o, el tobillo derecho amenaz¨® la carrera de Stephen Curry e hizo que muchos analistas se llevaran las manos a la cabeza cuando los Warriors le firmaron 44 millones por cuatro a?os antes de la temporada 2012-13. No mucho despu¨¦s se comenz¨® a hablar de los Splash Brothers, Curry anot¨® 11 triples en el Madison Square Garden y los Warriors volvieron a playoffs despu¨¦s de un lustro de ausencia. En primera ronda eliminaron a los Nuggets de un Andre Iguodala que semanas despu¨¦s firm¨® con ellos, encandilado. Todo estaba en marcha a un a?o vista de la llegada de Steve Kerr y la implantaci¨®n del strenght in numbers. Aquel contrato, 4x44, acab¨® siendo una de las mayores gangas de la historia y la clave para poder sumar a Kevin Durant a un equipo que acababa de firmar el primer 73-9 en Regular Season.

Durante todo ese tramo 2012-17, cinco temporadas, Stephen Curry jug¨® siempre al menos 78 partidos por curso. Y, ya sabe: dos MVP (el primero un¨¢nime de la historia), todos los r¨¦cords habidos y por haber de triples y, por ahora, dos anillos de campe¨®n. Pero antes todo giraba en torno al tobillo derecho que vuelve a acaparar titulares. Con Curry camino de los 30 a?os (en menos de una semana: 14 de marzo) y con un contrato de 201 millones de d¨®lares por cinco a?os¡­ al que nadie discuti¨® un solo centavo.

Pero en el verano de 2012, antes de firmar esa primera extensi¨®n despu¨¦s de un contrato rookie de 12,7 millones totales, hab¨ªa pasado por el quir¨®fano y se hab¨ªa recorrido Estados Unidos en busca de una soluci¨®n para sus tobillos, que acab¨® siendo la operaci¨®n¡­ y unas tobilleras Zamst A2-DX que no se ha quitado para jugar desde entonces y que acabaron siendo una especie de amuleto de buena suerte para una franquicia que ahora es un imperio colosal. En diciembre de 2010, en su segunda temporada (n¨²mero 7 del draft de 2009), sufri¨® ante los Spurs su primera lesi¨®n en el tobillo derecho. Ese curso tuvo siete torceduras m¨¢s hasta que una vez terminado se oper¨® por primera vez para fortalecer los ligamentos. En la 2011-12, la de los 161 d¨ªas de lockout, solo jug¨® 26 de 66 partidos totales: lesi¨®n en el primer amistoso de preparaci¨®n, otra en el segundo partido de la temporada, problemas que se extendieron a los tendones¡­ y la segunda operaci¨®n. Hab¨ªa pasado de anotar 18,6 puntos como sophomore a 14,7. Casi no pod¨ªa estar en pista, sus tobillos eran de cristal y muchas franquicias habr¨ªan optado por no acometer una renovaci¨®n que entonces parec¨ªa un riesgo extremo.

Ahora los problemas han reaparecido y ya es innegable: cuatro torceduras desde la primera, el cuatro de diciembre (le hizo perderse once partidos). 10 de enero, 2 de marzo y 8 de marzo: suma 50 partidos de 65 posibles y no se sabe cu¨¢nto jugar¨¢ de los 17 que quedan. Seguro que los dos pr¨®ximos no, ya que ni siquiera ha viajado con el equipo y se ha quedado en la Bah¨ªa con Chelsea Lane, jefa de los preparados f¨ªsicos del equipo. En el mejor de los casos, se ir¨¢ a 65 partidos. Pero la cuesti¨®n son los playoffs y cu¨¢nto y c¨®mo podr¨¢ jugar sin que reaparezca el problema en el peor momento, en cualquier apoyo o giro de ese pie derecho.

Porque ese es el gran problema: un deterioro como el del tobillo de Curry requiere tiempo y paciencia, cosas que empezar¨¢n a faltar a medida que se acerque abril. El quir¨®fano no es tan necesario en esta articulaci¨®n como en problemas con los ligamentos de la rodilla o el codo porque normalmente puede curarse con descanso y cuidados¡­ pero si se sigue jugando, cada torcedura hace m¨¢s probable que vaya a haber otra no mucha despu¨¦s. Y as¨ª cada vez y en situaciones m¨¢s rutinarias: m¨¢s lesiones y m¨¢s frecuentes hasta que no queda m¨¢s remedio que operar para reconstruir los ligamentos. El tobillo, cada vez m¨¢s da?ado, est¨¢ en riesgo en cualquier carrera, cualquier situaci¨®n de tiro. Por eso se oper¨® Curry en 2011, ni m¨¢s ni menos. Entonces, en Charlotte y con el doctor Bob Anderson, recuper¨® la fortaleza y la estabilidad en su pie derecho gracias a la t¨¦cnica de Brostrom-Gould, con la que reconstruy¨® los ligamentos laterales del tobillo.

Curry podr¨ªa estar, algunos s¨ªntomas son similares, en la misma espiral del primer tramo de su carrera, la que amenaz¨® su futuro como jugador de baloncesto profesional. La lesi¨®n de diciembre no arroj¨® resultados preocupantes para los ligamentos, pero la sucesi¨®n de esguinces y torceduras posteriores est¨¢ provocando un desgaste que puede acabar siendo fatal para otras ¨¢reas, como los cart¨ªlagos de un jugador que, por lo dem¨¢s, dedica los veranos a entrenar con t¨¦cnicas casi de ciencia ficci¨®n que le permiten, con la ayuda de la gen¨¦tica, poseer uno de los f¨ªsicos m¨¢s indescifrables y el¨¢sticos de la NBA. Curry es un s¨²per atleta¡­ con un tobillo de cristal. Durante un lustro lo hab¨ªamos olvidado y ojal¨¢ volvamos a hacerlo. Ser¨ªa buena se?al. Pero ahora mismo toda la NBA tiene la vista puesta en el tobillo derecho del mejor tirador de la historia. Y los Warriors contienen la respiraci¨®n.