ESPECIAL FINALES HIST?RICAS | 1975
La 'venganza' de Rick Barry: el cuento de hadas de los Warriors
A comienzos de curso nadie esperaba que Golden State llegara a las Finales y menos que una vez all¨ª derrotara a los favorit¨ªsimos Washington Bullets. Una sorpresa en toda regla. Warriors-Cavs Game 5 en directo
Sin contar estas dos ¨²ltimas apariciones consecutivas, hab¨ªa que remontarse a 1975 para ver a los Warriors disputando las Finales. Hablamos de una ¨¦poca en la que el planeta viv¨ªa divido entre la tensi¨®n de los dos bloques que protagonizaron la Guerra Fr¨ªa y en Espa?a la dictadura de Franco comenzaba ya a dar sus ¨²ltimos coletazos. En ese escenario se desarroll¨® la 29? batalla por el anillo en la NBA, la misma en la que por primera vez ambos finalistas estaban dirigidos por dos entrenadores de raza negra: Al Attles en las filas de Golden State y K.C. Jones en las de los Bullets, el mismo que gan¨® ocho campeonatos como jugador en los Celtics de los 60. Un dato a tener muy en cuenta por aquel entonces y que este fin de semana se ha recordado insistemente con motivo del fallecimiento del legendario Muhammad Ali: hac¨ªa relativamente poco que en Estados Unidos se hab¨ªa alcanzado la ¡¯igualdad¡¯ entre ciudadanos blancos y negros. Sin embargo, la ¨²nica preocupaci¨®n de ambas franquicias no era otra que ganar. ¡°No fue algo sobre lo que pensamos. S¨¦ que K.C. no lo ten¨ªa en mente porque nunca lo mencionamos y eso que hablamos mucho entre nosotros. Lo ¨²nico que quer¨ªamos era batir el uno al otro¡±, recuerda Attles.
Los Bullets (nombre que recibieron los actuales Wizards hasta la conclusi¨®n del curso 1996-97) dejaron en el verano del 73 Baltimore por Washington DC. De hecho, la temporada 1974-75 fue la primera en la que la franquicia llev¨® el nombre de la capital federal de Estados Unidos. En esos Playoffs, las balas se deshicieron en una dura eliminatoria (4-3) de los Buffalo Braves de un Bob McAdoo que le birl¨® el MVP de la regular season a Rick Barry (ya hablaremos de ¨¦l un poco m¨¢s adelante) y en la final del Este a los Celtics campeones en el 74. Llegaron a la eliminatoria decisiva con la etiqueta de m¨¢ximos favoritos, no en vano hab¨ªan amasado 12 triunfos m¨¢s en liga regular (60 por 48) que su rival en la final: unos Warriors que se colaron en las Finales por vez primera desde la mudanza de la franquicia a Oakland. Para ello tuvieron que dejar en el camino a los Sonics (4-2 en las semis del Oeste) y en el s¨¦ptimo partido de la final de Conferencia Oeste a los Bulls.
As¨ª nos plantamos en una eliminatoria que se antojaba como una de las m¨¢s desequilibradas de todos los tiempos y que acab¨® deparando una de las mayores sorpresas de la historia del deporte estadounidense. En el papel de cenicienta, Golden State acab¨® barriendo a un equipo con tres all stars (Elvin Hayes, Wes Unseld y Phil Chenier) en sus filas. No obstante y pese al demoledor 4-0 final (los resultados globales a veces suelen enga?ar), fue una serie competida al m¨¢ximo y decidida por peque?os detalles. As¨ª se explica que el tanteo global solo fuera de +16 favorable a Golden State. Rick Barry se resarci¨® llev¨¢ndose el MVP de las Finales tras promediar 29,5 puntos, 5 asistencias, 4,5 rebotes y 3,5 robos en la eliminatoria que desemboc¨® en su primer y ¨²nico anillo. El alero, recordado por sus inolvidables lanzamientos de tiro libre a cuchara, acab¨® haciendo justicia por su cuenta a lo que, en su opini¨®n, hab¨ªa sido un ninguneo medi¨¢tico hacia sus Warriors. ¡°Tiene que ser la mayor sorpresa en la historia de las Finales de la NBA. Poca gente nos prest¨® alg¨²n tipo de atenci¨®n. Ni siquiera aparecimos en la portada de ¡®Sports Illustrated¡¯ (la biblia del deporte en USA). Nadie esperaba que gan¨¢semos. La temporada fue como un cuento de hadas. Es algo que valorar¨¦ el resto de mi vida¡±, coment¨® entonces.
Entremos en materia. Fue una eliminatoria que se disput¨® con un formato at¨ªpico (1-2-2-1-1) y en el que los Warriors no pudieron jugar como locales en su cancha habitual. Tuvieron que hacerlo en el Cow Palace de Daly City, un escenario que hab¨ªa sido su casa a?os antes. Esta anomal¨ªa fue la que provoc¨® el mencionado cambio en la distribuci¨®n de partidos: el pabell¨®n no pod¨ªa ser utilizado durante el fin de semana del ¡®Memorial Day¡¯ (D¨ªa de los Ca¨ªdos). De haber conocido el 4-0 final no hubiese hecho falta ning¨²n tipo de alteraci¨®n ya que la serie concluy¨® el 25 de mayo de 1975, antes del ¨²ltimo lunes del mismo mes (fecha en la que se conmemora dicha celebraci¨®n). Total, que a los Bullets se les dio la alternativa de elegir disputar el primer encuentro como local y los dos siguientes a domicilio o viceversa. Optaron por la primera opci¨®n. Un error que quiz¨¢ acab¨® marcando el devenir de la batalla. Con una desventaja de 14 puntos al descanso, la actuaci¨®n del reserva Phil Smith (20 puntos) result¨® determinante para el despertar de los californianos, quienes acabaron tomando el Capital Centre y llev¨¢ndose el primer asalto (95-101).
La situaci¨®n se hab¨ªa puesto favorable para los de Attles, pero en el ¡®Game 2¡¯ tuvieron que volver a remar contracorriente al llegar a verse con 13 puntos en contra en el marcador. Espoleado por el p¨²blico, Rick Barry se fue hasta los 36 tantos y puso el definitivo 92-91. Los visitantes tuvieron dos lanzamientos en los ¨²ltimos 6 segundos para cambiar el curso de la historia pero el bal¨®n no entr¨®. Golden State lo hab¨ªa vuelto a hacer. Tres d¨ªas despu¨¦s, un estelar Rick Barry volvi¨® a dirigir la victoria de sus Warriors ante un rival atenazado por los nervios y que se estrell¨® ante la intensidad de la defensa rival.
Un partido les separaba de una gloria que no se hizo esperar. Con la final de vuelta en DC, los de Jones volvieron a contar con una renta favorable de 14 puntos. Los visitantes estaban sin su entrenador jefe (Atles fue expulsado), pero apoyados en otro excelente esfuerzo colectivo en defensa y en la inesperada aparici¨®n de un Butch Beard que anot¨® los ¨²ltimos 7 puntos, los guerreros se apuntaron su cuarta victoria por otro ajustado 95-96. 19 a?os despu¨¦s el anillo volv¨ªa a ser suyo.
La historia de aquellos Warriors tuvo un final feliz, algo que unos meses atr¨¢s pocos hubieran siquiera imaginado. Axfisiados por problemas econ¨®micos, la franquicia se vio obligada a desprenderse del veterano p¨ªvot Nate Thurmond. A cambio, los Bulls enviaron una primera ronda de draft, medio mill¨®n de d¨®lares y a Clifford Ray, un 2,06 que hab¨ªa sido operado de una importante lesi¨®n en la rodilla. No obstante, supo compenetrarse a la perfecci¨®n con George Johnson y ambos formaron una pareja que rindi¨® a la perfecci¨®n bajo los tableros. A estas piezas hay que a?adir la llegada de un Jamaal Wilkes que fue drafteado con el n¨²mero 11 ese mismo verano. Poco a poco call¨® a los que criticaron su elecci¨®n (compart¨ªa puesto con Rick Barry, la estrella del grupo), cuando las necesidades del equipo requer¨ªan de otras soluciones. Wilkes supo convivir con Rick readapt¨¢ndose a la posici¨®n de ala-p¨ªvot, convirti¨¦ndose as¨ª en uno de los primeros 'cuatros' abiertos.
Del resto ya est¨¢ todo dicho. Al regresar de Washington una multitud esperaba en el aeropuerto a los flamantes campeones. "Nos llegamos a asustar, llegaron a subirse en el techo del veh¨ªculo en el que nos desplazamos", relat¨® un exultante Franklin Mieuli, antiguo propietario de la franquicia. "Como el F¨¦nix, resurgimos de nuestras propias cenizas".