La emotiva carta de Kareem Abdul-Jabbar a Muhammad Ali: "Vive en cada uno de nosotros"
Uno de los m¨¢s grandes de la historia del baloncesto NBA se despidi¨® de Ali de una forma muy especial. La carta fue publicada por el propio Kareem en Facebook.
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La carta de despedida de Kareem Abdul-Jabbar a Muhammad Ali:
"En memoria de Muhammad Ali
Por Kareem Adbul-Jabbar
Durante mis m¨¢s de 50 a?os en la vida p¨²blica, he conocido a cientos de famosos, artistas, atletas y l¨ªderes mundiales. Pero solo unos pocos encarnaban el sacrificio y las cualidades heroicas que defin¨ªan a mi amigo y mentor Muhammad Ali. Un maestro de la auto promoci¨®n, se declar¨® pronto en su carrera como "?el m¨¢s grande!". Esos alardes cabrearon a muchos, justo como ¨¦l esperaba, asegurando grandes audiencias que solo quer¨ªan ver c¨®mo le daban una lecci¨®n al advenedizo.?
Pero fue Muhammad el que dio una lecci¨®n, porque, como dijo una vez, no es fanfarroner¨ªa si no puedes responder despu¨¦s. Y eso fue justo lo que hizo. Una y otra vez. Y no solo dentro del ring. Parte de la grandeza de Muhammad era su capacidad para ser cosas diferentes para personas diferentes. Para los aficionados al deporte era un incomparable campe¨®n del mundo, m¨¢s r¨¢pido e inteligente que ning¨²n peso pesado anterior. Para los atletas, era un modelo de perfecci¨®n f¨ªsica y astucia (visi¨®n) para los negocios. Para la juventud antisistema de 1960, era una voz desafiante contra la Guerra de Vietnam. Para la comunidad musulmana, era un pionero piadoso que pon¨ªa a prueba la tolerancia religiosa de Am¨¦rica. Para la comunidad? afroamericana, era un hombre negro que se enfrentaba a la intolerancia abrumadora de la misma manera que se enfrentaba a cada adversario dentro del ring: sin miedo. En un tiempo en el que los negros que alzaban la voz sobre las injusticias eran se?alados y muchas veces arrestados por cualquier cosa, Muhammad sacrific¨® con gusto los mejores a?os de su carrera para luchar por lo que ¨¦l cre¨ªa correcto. Y haci¨¦ndolo, consigui¨® que todos los americanos, negros o blancos, fueran mejores (parecieran m¨¢s altos). Puede que yo mida casi 2,20, pero nunca me he sentido tan alto como a su lado.
Hoy inclinamos nuestras cabezas por la p¨¦rdida de un hombre que hizo mucho por Am¨¦rica. Ma?ana las levantaremos de nuevo recordando que su valent¨ªa, su franqueza y su sacrificio por el bien de su comunidad y su pa¨ªs siguen vivos en la mejor parte de cada uno de nosotros".