Somos cazadores. Y somos espa?oles

Hace m¨¢s de un mes que vivimos con el coraz¨®n encogido, y los ojos empa?ados, viendo c¨®mo la sinraz¨®n de unos b¨¢rbaros quiebra la voz y la vida de un pa¨ªs entero.

Ucrania est¨¢ siendo el centro de todas nuestras atenciones y el motivo por el que el alma se arruga d¨ªa tras d¨ªa viendo c¨®mo un pueblo, una naci¨®n, se sumerge en sufrimiento, amargura y desolaci¨®n.

En pleno siglo XXI, que todav¨ªa se permita una guerra¡­ no deja de ser para m¨ª, como supongo que para muchos de vosotros, un verdadero ¡°sinsentido¡±.

Dentro de este ¡°sinsentido¡± quiero desde aqu¨ª dar las gracias, y publicarlo en este mi rinconcito, a un grupo de personas, cazadores y espa?oles, que han logrado que todos estemos orgullosos de ser lo que somos: cazadores y de Espa?a. Los h¨¦roes que me han arrancado l¨¢grimas y por los que siento una gran admiraci¨®n son: Laureano de las Cuevas, Ra¨²l Sanchez de Castro, Lolo de Juan, Pablo del Guayo, Ignacio Ducay, Alejandro Palomares, Andr¨¦s de la Cal, Miguel ?ngel Cordero, ?ngel Mu?oz y Jos¨¦ Javier Gonz¨¢lez.

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En la pasada edici¨®n de Cineg¨¦tica, C¨¢rnicas Dibe ubic¨® un cami¨®n junto a la feria para recoger las donaciones solidarias de los cazadores y hacerlas llegar al pueblo de Ucrania. La idea surgi¨® de ¡°uno de esos chispazos que nos dan a los que nos movemos a golpe de pulsaci¨®n¡±. Lo rubricaba Lolo de Juan a Marcos Ruiz Esp¨ªn tras haber estado grabando su programa de radio:

Mi querido Marquitos: Dios mueve sus hilos para lograr los objetivos que tiene para con nosotros. Y t¨² eres uno de esos hilos. Tras el programa en directo con Leopoldo Osborne ¡ªese mecenas de las buenas obras¡ª se me removi¨® la conciencia, el alma y hasta una profunda envidia de no tener esos arrestos que sobran para entrar a un agarre.

Pues los tuvieron, ya lo creo que los tuvieron. Dicho y hecho, 3.800 kil¨®metros de viaje para llegar a un campo de refugiados en pueblo fronterizo de Lutsk, con ¡°m¨¢s cojones que el caballo de Espartero¡±. Un viaje largo, lleno de incertidumbres por no saber lo que se iban y c¨®mo se lo iban a encontrar, pero con la certeza de conocer lo que hab¨ªa detr¨¢s de las 80 toneladas de ayuda humanitaria que llevaban en el cami¨®n.

All¨ª les esperaba Olga, que les recibi¨® incr¨¦dula sin saber de d¨®nde llegaban tantos kilos de alimentos que tanta falta hac¨ªan (y hacen), y de qu¨¦ manera unos desconocidos con el alquitr¨¢n del viaje a¨²n en sus ojos hab¨ªan llevado hasta all¨ª. Ra¨²l no se lo pudo explicar mejor:

¡ª Somos cazadores. Y somos espa?oles.

No tengo palabras de agradecimiento para esta cuadrilla de amigos cazadores que han recorrido kil¨®metros y kil¨®metros para ayudar una pizca dentro de una gran barbarie. A buen seguro que ellos lo van a recordar para el resto de sus vidas.

Un privilegio formar parte de esta gran cuadrilla, ?la caza!

?GRACIAS!