Aquel uniforme negro de la Juve
El equipo italiano fue el primero, en 1962, en vestir de oscuro en el Bernab¨¦u. El ¨¢rbitro tuvo que cambiarse la equipaci¨®n, y Di St¨¦fano se quej¨® porque se confund¨ªan.
La decisi¨®n del Madrid de vestir de negro el d¨ªa de su 120 aniversario (una acci¨®n de m¨¢rketing para un festejo algo forzado) ha provocado debate. El suceso me recuerda la primera vez que se vio a un equipo jugar de negro en el Bernab¨¦u, la Juventus. Tambi¨¦n fue acogido con sorpresa y repudio. Aquel partido dejar¨ªa estela.
Ocurri¨® en la tercera eliminatoria de la VII Copa de Europa, temporada 1961-62, que enfrent¨® al Madrid con la Juve, cruce estrella. El Madrid hab¨ªa ganado cinco, hab¨ªa ca¨ªdo en la sexta ante el Bar?a con dos arbitrajes tremendos y en esta se propon¨ªa reemprender su marcha triunfal. Ya hab¨ªa eliminado al Vasas de Budapest y al Odense. La Juve, por su parte, hab¨ªa eliminado al Panathinaikos y al Partiz¨¢n. Como tantos otros grandes de Europa, esta copa era su sue?o.
El partido de ida se resolvi¨® con 0-1 a favor del Madrid, gol de Di St¨¦fano, despu¨¦s de unas v¨ªsperas agitadas. Se concentr¨® un gent¨ªo ante el hotel del Madrid para protestar contra el r¨¦gimen de Franco por los asaltos de la Polic¨ªa en la Universidad, considerada inviolable. Los manifestantes exig¨ªan ver a Di St¨¦fano para entregarle un comunicado de repulsa al Gobierno y este les desvi¨® al vicepresidente, Mu?oz Lusarreta, que se escondi¨® tras una columna.
A pesar del 0-1, el Bernab¨¦u registr¨® un gran lleno, pr¨®ximo al No hay billetes. A la salida de los equipos se produjo un clamor de sorpresa. La Juve vest¨ªa de negro de pies a cabeza. Nunca se hab¨ªa visto un equipo vestido as¨ª en ese estadio. Esa fila enlutada hac¨ªa un brusco contraste con el blanco blanqu¨ªsimo del Madrid, refulgente bajo los focos del estadio. En cabeza iba el ¨¢rbitro, con media y pantal¨®n negros y una extra?a camiseta morada.
En la ¨¦poca los ¨¢rbitros vest¨ªan invariablemente de negro. Este partido correspondi¨®, como no pod¨ªa ser menos, a uno de los m¨¢s grandes, el franc¨¦s Maurice Guigne, gendarme marsell¨¦s que ya hab¨ªa arbitrado al Madrid en la Copa de Europa y que ten¨ªa en su palmar¨¦s la final del Mundial de Suecia, aquel Brasil, 5; Suecia, 2. Al llegar se encontr¨® con que la Juve s¨®lo hab¨ªa tra¨ªdo esa equipaci¨®n, que tuvo un tiempo como principal y abandon¨® tras el hundimiento del fascismo italiano y sus camicie nere. En Tur¨ªn el Madrid hab¨ªa vestido de azul, aqu¨ª la Juve escogi¨® el negro.
Hubiera bastado con cambiar el calz¨®n y las medias del blanco al negro y mantener su camiseta habitual, (as¨ª ha jugado muchas veces despu¨¦s en el Bernab¨¦u, sin confusi¨®n) pero eligi¨® el negro para todo. Y se neg¨® a aceptar ninguna equipaci¨®n del Madrid, exig¨ªa jugar con su scudetto en el pecho. Guigne tuvo que salir con su camisa de calle sobre la que coloc¨® un jersey malva que formaba parte de su uniforme de calle de ¨¢rbitro franc¨¦s. De hecho, llevaba un gallo como escudo.
El partido fue bravo, se peg¨® mucho y al descanso se lleg¨® 0-1 con gol de S¨ªvori, un genio, entonces Bal¨®n de Oro. En el descaso Di St¨¦fano se quejaba de que el ¨¢rbitro, con ese morado oscuro y los calzones y las medias negras, se confund¨ªa con los de la Juve: "Le ve¨ªamos y le gambete¨¢bamos", me dijo un d¨ªa. Al salir los equipos en la segunda parte hubo discusi¨®n en el centro del campo, con Di St¨¦fano y Guigne en el centro del corrillo. Hasta que ¨¦ste se march¨® al vestuario y sali¨® con otro calz¨®n, marr¨®n, que alguien encontr¨® por el vestuario del viejo gimnasio.
Y as¨ª, jersey malva, pantal¨®n marr¨®n y medias negras, hecho un cromo, en fin, arbitr¨® la segunda parte. Siguieron los palos y el partido acab¨® sin m¨¢s goles. Fue la primera derrota en casa del Madrid en siete a?os de Copa de Europa. Y tambi¨¦n y el ¨²ltimo partido de Maurice Guigne. Regres¨® tan abochornado que renunci¨® a seguir arbitrando.
La eliminatoria se resolvi¨® en desempate en Par¨ªs que gan¨® el Madrid 3-1. Los jugadores se hab¨ªan pegado tanto en los tres partidos que a¨²n llegaron como gallos de pelea a la cena. En la ¨¦poca era costumbre en la Copa de Europa la cena com¨²n tras el partido, con regalos y discursos. Aquella fue la ¨²ltima. Tras los incidentes de Par¨ªs desapareci¨® la tradici¨®n. Al Madrid se le quitaron las ganas y como era el club que marcaba la pauta aquello se acab¨® en todas partes.