Los que ganan partidos
Separado del resto del bloque, aislado por momentos en una pelea en solitario, no intervino demasiado en el partido. Incluso, en el segundo tiempo, Ra¨²l Albiol le gan¨® la mayor¨ªa de duelos. Y sin embargo, todos los que estuvimos en La Cer¨¢mica el pasado martes salimos convencidos de que hab¨ªamos asistido al nacimiento en la Champions League de un delantero descomunal. Dusan Vlahovic necesit¨® muy poco para anotar un gol de enorme valor. Con un reverso casi imposible, sali¨® vencedor de una acci¨®n en la que no ten¨ªa superioridad num¨¦rica ni posicional.
El fichaje del serbio es uno de aquellos que modifican trayectorias. La deprimida Juventus que se despidi¨® del t¨ªtulo de Serie A antes de Navidad ha cambiado de estado de ¨¢nimo al contratar a un punta letal, a una individualidad de las que ganan muchos partidos. Ya nadie se atreve a descartarlos en la pelea por la conquista de la Champions. Ese es el impacto del futbolista balc¨¢nico y esa es la magnitud del golpe que dio en el mercado la entidad turinesa. En el nuevo orden de jugadores codiciados en el panorama mundial, Vlahovic no estaba a la altura de Mbapp¨¦ y Haaland, pero ven¨ªa justo despu¨¦s.
En este juego en el que la sofisticaci¨®n t¨¢ctica ha igualado tanto las contiendas, el peso de las individualidades arrolladoras, de las que decantan las balanzas y desequilibran los duelos cerrados, es, si cabe, m¨¢s precioso que en los tiempos en los que abundaban los espacios y se viv¨ªan intercambios continuos de golpes. El Bar?a y el Madrid fueron los dos equipos m¨¢s ganadores durante la ¨¦poca de plenitud de Messi y Cristiano Ronaldo, y todos los peces gordos saben que el futuro corresponder¨¢ a aquellos que tengan en sus filas a sus sucesores. Y aunque el periodismo pueda resultar cansino dando tanta cobertura a los seriales de los fichajes de Mbapp¨¦ y Haaland, la realidad es que su destino determinar¨¢ qui¨¦n tendr¨¢ m¨¢s opciones de ganar los grandes torneos en los pr¨®ximos a?os. Los esfuerzos que se est¨¢n realizando en los despachos est¨¢n, pues, m¨¢s que justificados.