Un buen diablo
El Bar?a sigue su curso imitando el recorrido del mercado inmobiliario; no importa cu芍ntas crisis haya, ser芍 ascendente a largo plazo, inversi車n segura, pese a los naturales dientes de sierra que no asustan a los informados.
Han amueblado bien la casa los cul谷s, con fichajes que responden a perfiles m芍s que a nombres: si necesitas una nevera, no compras un piano. Han venido jugadores con ganas de demostrar, alguno con demasiado pasado, otros con un futuro prometedor, todos cobrando poco y con una cualidad que el Bar?a necesita m芍s que ninguna otra: con ilusi車n por jugar aqu赤 y sin implicaci車n o recuerdo del pasado reciente, tan decadente.

En ese sentido, hay uno que ha llamado la atenci車n por su aparente extravagancia, pero que resulta ser el m芍s acertado por simb車lico: Alves, que acaudill車 victorias prendiendo fuego a la banda derecha.
Personaje mefistof谷lico a primera vista, pura alegr赤a expansiva, con alg迆n cruce de cables epis車dico, Alves dej車 un cr芍ter cuando march車 que ahora trata de rellenar. Brillante t谷cnicamente, conocedor profundo del juego, adaptable a muchos roles, incluido este 迆ltimo de lateral-mediocentro-interior que inaugur車 Pep con Lahm y perfeccion車 con Cancelo. Acostumbrados a sus cabalgadas, al cul谷 le extra?車 su fichaje, pues su edad no auguraba plenitud f赤sica ni desborde constante. Pero Laporta sab赤a lo que fichaba: un jugador que mejoraba lo presente, lo cual mandaba un mensaje a muchos dentro y fuera del vestuario, que conoce perfectamente la casa, extremadamente competitivo y con una autoestima a prueba de bombas. La alegr赤a ca車tica en la presentaci車n, el abrazo dionisiaco con Jan y la menci車n a los "collons" terminaron por abonar la habitualmente fr芍gil fe cul谷. A Alves se le marchar芍n los atacantes m芍s r芍pidos y no tardar芍 en cumplir cuarenta a?os; es ese buen amigo que se march車 enfadado por una bronca que ninguno recuerda ya y volvi車 cuando m芍s lo necesitabas reconociendo que os hab赤ais equivocado. El Bar?a lo volver芍 a echar de menos.