Rivales
Me encanta la sociopol¨ªtica futbolera. Si alguien me quiere invitar a una cena de idiotas, ah¨ª tiene la excusa. Ponderando sobre ese tema, bien podr¨ªa rivalizar durante la sobremesa con las construcciones de palillos de Fran?ois Pignon.
Lo primero que explicar¨ªa a los comensales es que cuando se analiza la identidad de un club se tiende a cometer el mismo error que cuando se intenta explicar la de una persona: considerarla aisladamente. Nadie es por s¨ª mismo, todos somos en relaci¨®n con un contexto que nos determina. En el caso de los clubes, para entender la dimensi¨®n de unos colores, hay que analizar con qui¨¦nes compiten. M¨¢s concretamente, cu¨¢les son sus grandes rivales. Es en los derbis cuando la identidad profunda de los clubes se pone en juego. Es un t¨®pico que Barcelona y Real Madrid, por poner un ejemplo, se necesitan entre ellos. La vieja idea del Old Firm que surgi¨® a principios de siglo en Glasgow en torno a los partidos entre Celtic y Rangers se extiende a todo derbi, en el sentido de que los clubes se benefician de la existencia de su n¨¦mesis.
Pero no me refiero a eso. Lo que quiero decir es que la identidad de los clubes emerge en el momento en el que se enfrentan a quienes, por definici¨®n, entiende como antagonistas. Es significativo, as¨ª, que la gran rivalidad en Espa?a, un Estado hist¨®ricamente centralista, sea entre el equipo m¨¢s fuerte de la capital y el m¨¢s poderoso de las periferias. Este patr¨®n se repite en Francia, entre el PSG y el Marsella (incluso cuando el PSG tiene apenas 50 a?os de historia), pero no funciona en Italia o Inglaterra.
Este fin de semana se juega el derbi vasco. ?C¨®mo explicarlo a quien no lo conoce? Me gusta pensar que en clave de convivencia. Es en ese sentido, en el que para m¨ª el Athletic-Real Sociedad es el gran partido del a?o. Es el que m¨¢s disfruto y del que m¨¢s orgulloso estoy, pues considero que, juntos, ambos clubes damos uno de los m¨¢s bellos espect¨¢culos del mundo del f¨²tbol: el de dos aficiones hostiles en el campo, hermanadas en todo lo dem¨¢s, que brindan juntas por una sana rivalidad que es nuestra responsabilidad cuidar como el tesoro que es.