Cae Mu?oz y Molowny pierde ante el Granada
La crisis del Madrid en el curso 73-74 oblig¨® a Bernab¨¦u al cambio de t¨¦cnico. El entrenador canario acudi¨® al rescate del club hasta tres veces m¨¢s.
En la temporada 73-74 se reabri¨® la frontera a jugadores extranjeros, cerrada desde el fracaso de Espa?a en Chile 82. El Bar?a fich¨® a Cruyff y Sotil, el Madrid a Netzer y Mas. Los del Madrid no resultaron. Netzer era un interior de gran pase largo pero lleg¨® con dolores de espalda y engandulado. Oscar Pinino Mas, argentino, era un extremo izquierda al que se le recordaba del Mundial 66; estaba pasado, le quedaba un gran disparo, nada m¨¢s.
Miguel Mu?oz estaba en su decimocuarta temporada como entrenador. Hab¨ªa ganado las tres primeras ediciones de la Copa de Europa como jugador, la quinta como entrenador, y hab¨ªa renovado el equipo glorioso de Di St¨¦fano con la generaci¨®n ye-y¨¦, ganadora de una nueva Copa de Europa. Las ligas le sal¨ªan por las orejas. Pero ahora, con los ye-y¨¦s pasando ya la treintena, el equipo empezaba a flojear y los extranjeros pincharon. El Madrid ganaba poco, empataba mucho y perd¨ªa m¨¢s de la cuenta. A lomos de Cruyff, el Bar?a se disparaba en la tabla. El grito de "?Fuera Mu?oz, fuera Mu?oz!" se apoder¨® del Bernab¨¦u, un hervidero de rumores. La comidilla era que los jugadores estaban enfadados porque Netzer y los del baloncesto ganaban mucho.
El primer partido de la segunda vuelta lo perdi¨® el Madrid en Castell¨®n, quinta derrota. M¨¢s dolorosa a¨²n porque el Castell¨®n era equipo sat¨¦lite del Madrid, que lo usaba para completar la formaci¨®n de sus canteranos o dar salida a sus descartes. Esa misma noche, mientras el equipo cena en Valencia, el club anuncia oficialmente que Mu?oz quedaba renovado un a?o m¨¢s, para respaldarle.
Pero el lunes Mu?oz pidi¨® en persona a Bernab¨¦u que le relevara. No pod¨ªa m¨¢s y Bernab¨¦u ¡ª"le he visto sufrir y a m¨ª no me gusta ver sufrir a nadie"¡ª, accedi¨®. El martes tom¨® el cargo Molowny, que estaba en el club como jefe de cantera. Fue un acto de solemne tristeza, en la Ciudad Deportiva, a la que acudieron muchos aficionados para, esta vez, aplaudir y jalear a Mu?oz cuando sal¨ªa. De entonces data el dicho de "entrenador ratificado, entrenador cesado". En la primera sesi¨®n de Molowny fue muy abucheado el joven Planelles, al que se acusaba de chivar interioridades de la plantilla.
Molowny ten¨ªa buen cartel como entrenador en Las Palmas, con el que lleg¨® a rozar una Liga con aquella generaci¨®n de los Guedes y Germ¨¢n. El primer rival era el Granada, en el Bernab¨¦u. Ven¨ªa en buen momento, quinto en la tabla y tras eliminar al Burgos en la Copa. Lo entrenada Jose¨ªto, viejo compa?ero en el Madrid de Mu?oz y Molowny. Ya estaban Aguirre Su¨¢rez y Fern¨¢ndez (aunque este fallar¨ªa ese d¨ªa) pero su fama feroz a¨²n no estaba tan extendida. Faltaban unos meses para la lesi¨®n de Amancio.
El Bernab¨¦u se llen¨®. Molowny s¨®lo introdujo un cambio respecto al equipo de Castell¨®n: Vel¨¢zquez, que no jug¨® all¨ª por suspensi¨®n federativa, entr¨® en el lugar del joven Del Bosque (Netzer estaba lesionado). El equipo fue: Garc¨ªa Rem¨®n; Morgado, Benito, Verdugo; Pirri, Touri?o; Amancio, Planelles, Santillana, Vel¨¢zquez y Mas. Por el Granada: Izcoa; Castellanos, Aguirre Su¨¢rez, Falito; Ja¨¦n, Montero Castillo; Escobar, Lorenzo, Porta, Chirri y Quiles. Arbitra Medina Iglesias y el Bernab¨¦u registra un entrad¨®n. Hay ganas de animar, todos van al campo espoleados por el viejo dicho "a entrenador nuevo, victoria segura". Aunque no faltan los que se muestran descontentos con todo. Que ir¨¢n a m¨¢s.
En el 13¡ä llega el ¨²nico gol del partido, obra de Lorenzo, que se deshace con facilidad de Benito y marca con un golpeo defectuoso que enga?a a Garc¨ªa Rem¨®n. El Madrid ataca y ataca, pero no tiene claridad ni suerte. Hasta cuatro veces defensas del Granada sacan el bal¨®n de la raya. Con el pitido final cunde el desaliento: el Madrid se pierde en la mitad de la tabla, con dos negativos. Ha ganado cinco partidos, empatado ocho y perdido seis. Est¨¢ a 10 puntos del l¨ªder, el irrefrenable Bar?a de Cruyff, y a s¨®lo dos del tercero por la cola que marca el descenso autom¨¢tico.
El madridismo est¨¢ abatido. Hasta Bernab¨¦u tiene que defenderse: "S¨®lo me ir¨¦ si me echan o si el Madrid baja a Tercera". Antes de que pase un mes se producir¨¢ el tremendo 0-5 ante el Bar?a de Cruyff. Pero Molowny mantiene la calma, acaba por enmendar las cosas y ese verano gana la Copa, en final precisamente ante el Bar?a. Y entrega un equipo ya saneado a Miljanic, que encarar¨¢ la nueva etapa.
Ah¨ª empez¨® su fama de bombero, acrecentada con los a?os. Hasta tres veces m¨¢s acudi¨® al rescate y el balance fueron tres Ligas, dos Copas, dos Copas de la UEFA y una Copa de la Liga.