Futbolistas con n¨²meros romanos, como papas y reyes
Los jugadores parientes con el mismo apellido se distingu¨ªan con la numeraci¨®n: pasaba con padres e hijos, hermanos y hasta con t¨ªos y sobrinos.
Gento tuvo dos hermanos, Gento II y Gento III, que hicieron dignas carreras entre Primera y Segunda. Futbolistas con n¨²meros romanos, como reyes o papas. Una costumbre muy espa?ola. Valdano me recuerda su sorpresa cuando lleg¨® a Espa?a y ley¨® en La Gaceta del Norte los nombres de Rojo I y Rojo II.
El primer caso que conozco fue el de Emery, portero del Real Uni¨®n antes de la guerra, abuelo del entrenador. Apareci¨® en las alineaciones como Emery II, porque ten¨ªa un hermano en el equipo. No me choca esa primera referencia en el Pa¨ªs Vasco, donde se distingu¨ªa as¨ª a las dinast¨ªas de pelotaris. De all¨ª y entonces son tambi¨¦n los Aguirrezabala, del Athletic. El mayor fue apodado Chirri, su hermano fue Chirri II. No era norma fija: los hermanos Regueiro, vascos tambi¨¦n, fueron conocidos como Pedro Regueiro y Luis Regueiro, pero la semilla estaba echada.
Tras la Guerra llegaron los Gonzalvo. El mayor no cuaj¨® en el Bar?a, pero s¨ª sus hermanos Gonzalvo II y Gonzalvo III, que hasta compartir¨ªan titularidad en la Selecci¨®n en Brasil-50. Gonzalvo III fue el capit¨¢n del Bar?a de las Cinco Copas.
En los decenios siguientes los casos son abundant¨ªsimos. Se da incluso de t¨ªos a sobrinos con Campanal y Quincoces; exjugadores legendarios, eran entrenadores respectivamente del Sevilla y el Valencia cuando llegaron sus sobrinos, que debutaron como Campanal II y Quincoces II. Pero lo general era entre hermanos, a veces hasta cuatro. As¨ª fue con los Glar¨ªa, navarros, que jugaron todos en Primera. El mejor fue el benjam¨ªn, Glar¨ªa IV, destacado internacional del Atl¨¦tico que terminar¨ªa en el Espanyol de los Delfines. Para entonces ya era Glar¨ªa a secas como sol¨ªa ocurrir, por consenso t¨¢cito, con el que llegaba a figura. Como Enrique Collar. Los Collar tambi¨¦n fueron cuatro y jugaron en el C¨¢diz como I, II, III y IV. El mejor fue Collar IV, que coincidi¨® en el Atl¨¦tico con Collar III. Pronto fue Collar a secas, mientras el tercero, que hizo carrera fuera del Atleti, pas¨® a ser Antonio Collar. Tambi¨¦n hubo cuatro Areta, primos hermanos de Alfredo Landa. El menor no lleg¨® a Primera pero s¨ª los otros. Areta II y Areta III fueron rivales tres a?os, uno en el Sevilla y otro en el Betis.
Como con los Chirri, a veces el mayor transmit¨ªa su apodo: as¨ª pas¨® con Marcos Alonso Imaz ¡®Marquitos¡¯, central del Madrid de Di St¨¦fano, internacional y padre y abuelo de internacionales. Sus hermanos, Antonio y Alfredo, fueron Marquitos II y Marquitos III.
En la 64-65 el Athletic tuvo Arieta I, Arieta II, Echevarr¨ªa I, Echevarr¨ªa II, Or¨²e I y Or¨²e II. Los Arieta eran hermanos, los otros no. Echevarr¨ªa fue portero, uno de tantos a la sombra de Ir¨ªbar; el II fue extremo. Or¨²e I fue lateral titular muchos a?os, Or¨²e II un delantero fugaz. Y es que a veces bast¨® la mera coincidencia de apellido. Pas¨® con los Rodr¨ªguez I y II, compa?eros en el Valladolid y el Gij¨®n, o Torres I y II, en el H¨¦rcules. El segundo Torres ser¨ªa figura muchos a?os en el Bar?a, ya sin palito; pero antes de eso estuvo cedido en el H¨¦rcules y all¨ª fue Torres II porque cuando lleg¨® hab¨ªa otro Torres. Se dieron hasta casos de numeraci¨®n de nombres propios, que siempre se me hicieron raros, como Jos¨¦ Ram¨®n I y Jos¨¦ Ram¨®n II en el Elche, o Miguel ?ngel I y Miguel ?ngel II en el Betis.