A espaldas de la afici¨®n
Escrib¨ªa esta semana el dise?ador gr¨¢fico Artur Galocha en Twitter: !Hacen todo lo posible por que deje de gustarnos el f¨²tbol, la verdad!. El tuit me lo imagin¨¦ con la banda sonora de 'Celebrar es ganar', tema que Alaska y Mario Vaquerizo han compuesto para la final de Copa del Rey. La canci¨®n va a ser interpretada en La Cartuja el d¨ªa de la final y hace un par de d¨ªas la presentaron, con un elenco fastuoso de bailarines, en el hasta ahora as¨¦ptico sorteo de semifinales.
Volviendo al tuit de Galocha, lo cierto es que s¨ª, algunos dirigentes parecen hacer todo lo posible por que deje de gustarnos el f¨²tbol. Es un empe?o persistente y notable que no suele dar sus frutos porque quitarle a un aficionado el f¨²tbol que lleva dentro es como deshacer una impresi¨®n en el ordenador, una tarea casi imposible. Pero, aunque el empe?o no cristalice del todo, s¨ª que sobrevuela en el ambiente una sensaci¨®n de desafecci¨®n controlada, algo que est¨¢ ocurriendo estos d¨ªas en Vallecas por diversos motivos. Quiz¨¢ el m¨¢s importante es que la afici¨®n del Rayo pide que se cese al actual entrenador del primer equipo femenino, Carlos Santiso, que hace cuatro a?os envi¨® este mensaje de audio a su cuerpo t¨¦cnico mientras era entrenador de infantiles del club: "Nos falta ir y que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris, y carg¨¢rnosla ah¨ª todos juntos. Eso es lo que une realmente a un staff y a un equipo. Mira a los del Arandina, iban directos al ascenso. Venga chavales, buen domingo".
Santiso ha pedido disculpas y ha escrito en un comunicado que se trata de "una broma machista imperdonable" por la que se siente avergonzado. Ah¨ª est¨¢ gran parte del problema. El entender como una broma, como una chanza cohesionadora de un grupo, como quien habla de irse de cena o de ir a jugar un paintball un domingo por la ma?ana, algo tan grave. Un entrenador, como la directiva de un club, ostentan mucho m¨¢s que un cargo, representan a toda una afici¨®n y a sus valores. Y no hay nada m¨¢s alejado de los valores del rayismo que una apolog¨ªa, da igual el tono, de una violaci¨®n grupal.