Bolas calientes, deudas pendientes
En estos ¨²ltimos tiempos, las verdaderas rivalidades del f¨²tbol ya no est¨¢n en el terreno de juego sino en los despachos donde se libra una encarnizada pelea. Se parece a la edad de oro de Hollywood donde lo que suced¨ªa en la trastienda de los estudios era tan interesante como lo que ocurr¨ªa en el plat¨® de rodaje.
As¨ª que la fortuna, los errores y la extra?a coreograf¨ªa de las bolas han puesto un Real Madrid-PSG en el cruce de octavos de la Champions. El inter¨¦s sobrepasa lo meramente deportivo porque el foco ya no est¨¢ en Benzema o Mbapp¨¦; ni tampoco en el retorno de Messi o Ramos al Bernab¨¦u con sus nuevas camisetas. Se trata de una pelea entre el villano y el supervillano, Florentino P¨¦rez contra Al Khela?fi, que como Patton y Rommell han eclipsado la acci¨®n de sus propios ej¨¦rcitos. En el lugar del escudo del Real Madrid y el PSG, deber¨ªan estar los logos de la Superliga y la UEFA. S¨ª, es cierto que el Real Madrid de la ¨²ltima d¨¦cada, en ocasiones, ha encarnado el lado menos amable de la globalizaci¨®n del f¨²tbol, pero la entrada de los se?ores del petr¨®leo nos ha mostrado que a¨²n puede ser peor. Florentino es el hombre que fuerza las reglas, que las pone a su favor o que, incluso, se las salta, pero vive en un reino con normas. En el mundo de Nasser, las leyes directamente no existen. Adem¨¢s, Ceferin, el jefe del sueldo creciente, le ha dado una pistola cargada al qatar¨ª a trav¨¦s de la presidencia de la ECA y los acuerdos televisivos entre la UEFA y BeIN Sports, grupo del que Al Khela?fi, es uno de los mandatarios.
La so?ada Europa, cuna del f¨²tbol, hogar de la ¨®pera, ha ca¨ªdo presa de la avaricia y pasa por las horcas caudinas de los millonarios del combustible y va directa hacia la pesadilla de su propia automutilaci¨®n. Pese a que el Hollywood cl¨¢sico dio lugar a grandes pel¨ªculas, su desaparici¨®n tambi¨¦n fue una bendici¨®n para el cine porque rompi¨® con la dictadura de las majors. Tal vez, la Superliga y la UEFA deber¨ªan estallar en pedazos para que el f¨²tbol volviera a empezar desde cero y s¨®lo se representase a s¨ª mismo. Lo m¨¢s curioso es que Florentino ped¨ªa que hubiera solo partidos en la cumbre, como este Real Madrid-PSG. Esta vez, tambi¨¦n habr¨¢ pelea en el barro.