Suker por Lasa
Lo confieso, yo negu¨¦ a Modric. Fue un momento de debilidad hace un par de temporadas. El croata ven¨ªa de exprimirse en el Mundial y no s¨¦ cu¨¢ntos amistosos m¨¢s con Croacia y dej¨¦ por escrito una especie de despedida. Algo as¨ª como que ya no le iba el motor y que el Madrid lo iba a sufrir. Cien partidos despu¨¦s el 10 sigue d¨¢ndome con el peri¨®dico en la boca a base de cambios de ritmo, fintas y kil¨®metros. Solo el maldito COVID ha podido sacarle de la alineaci¨®n. Su actuaci¨®n contra el Atl¨¦tico de Madrid fue conmovedora. Creo que hubo un instante en el que Ancelotti se plante¨® cambiarlo en la segunda parte y en la siguiente jugada rob¨® un bal¨®n y desbord¨® a un defensa 10 a?os menor que ¨¦l para quitarle la idea de la cabeza al italiano. El Bernab¨¦u aplaudi¨® a rabiar.
Modric es el favorito de la grada por mucho que algunos digan que es Militao, caricaturizando al socio madridista como un sargento chusquero que solo sabe pedir flexiones a los suyos. Hay algo seductor en el conservadurismo de Ancelotti. Siempre juegan los mismos, no utiliza todos los cambios, no hace una sustituci¨®n antes del minuto 75 jam¨¢s. Y cuando lo hace muchas veces es para sacar a Nacho en un remember del m¨ªtico cambio de Fabio Capello, Suker por Lasa. Es desesperante. Pero le queremos. Es nuestro reserv¨®n. Verle sufrir a base de chicles me representa. Una vez prob¨® a Asensio en el centro del campo y meti¨® un triplete. ?Qu¨¦ locura! "?Qui¨¦n me manda innovar?", debi¨® de pensar.

Algunos agoreros, esos fundamentalistas del buen juego, anuncian desde hace varias jornadas que el Madrid no tiene Plan B, que vive de la efectividad de sus estrellas. Les reconocer¨¦is f¨¢cil, su palabra favorita es pegada. Llevan d¨¦cadas manoseando ese concepto desde la Liga que gan¨® Del Bosque con Casillas y Ronaldo. Hoy a Carletto no le queda otra que romper por obligaci¨®n la sant¨ªsima trinidad del centro del campo y poner caras nuevas. Optar¨¢ por lo m¨¢s defensivo. La alineaci¨®n ser¨¢ cemento armado. Y comprar¨¢ otro paquete de chicles.