PASABA POR AQU? | DIEGO BARCALA
Hacerse el dormido
"Amigos, lectores, militantes, madrile?os, atl¨¦ticos... Almudena Grandes deja millones de hu¨¦rfanos... La herida est¨¢ abierta...".
El Atleti acababa de asaltar el Bernab¨¦u despu¨¦s de 14 a?os de sequ¨ªa en los derbis de Madrid y encima era para ganar la Copa. Luis hab¨ªa ido al Bernab¨¦u y sab¨ªa que en casa le esperar¨ªan muchas cuentas pendientes. En un gesto de ternura po¨¦tica tan propia de ¨¦l lleg¨® r¨¢pido y se hizo el dormido para no tener que soportar euforias excesivas. Almudena era perfectamente consciente de la treta que se encontr¨® tras pasear su alegr¨ªa por Neptuno pero lo acept¨® con deportividad. "Estaba dormido, o lo parec¨ªa. Bueno, nos queremos y no nos metemos el dedo en el ojo, cuando termina el partido se acab¨®, no hacemos comentarios hirientes al d¨ªa siguiente. Luis y yo somos la prueba palpable de que el f¨²tbol no es tan importante. Estamos felizmente casados desde hace 19 a?os, aunque sea m¨¢s m¨¦rito m¨ªo, porque en estos a?os pasados ya se sabe¡".
En estos dolorosos d¨ªas recuerdo ese entra?able momento y el mu?eco del Atleti que Luis ve cada ma?ana en su nevera. Almudena Grandes dec¨ªa que el f¨²tbol no era importante y por eso se permit¨ªa bromas y teor¨ªas de todo tipo. Pero no es cierto del todo. Que una persona como ella, reina absoluta de la literatura, ejemplo gran¨ªtico del compromiso ciudadano y sobre todo mujer entendiera que el f¨²tbol forma parte de la vida y la historia de la sociedad, era muy importante. "Si me gusta el f¨²tbol me gusta y ya est¨¢. Y si me gusta Lola Flores, lo digo", explicaba para razonar que la intelectualidad se ha quitado muchos complejos de encima en la democracia. Se puede ser escritora, de izquierdas y mujer y que te guste el f¨²tbol o la copla.
Amigos, lectores, militantes, madrile?os, atl¨¦ticos¡ Almudena deja millones de hu¨¦rfanos. La herida est¨¢ abierta y ahora mismo no veo sustituto a su escudo protector de cada lunes, a su defensa de otro Madrid posible, a su inmensa hospitalidad para representar a una sociedad que, como su propio equipo demostr¨®, no es cierto que haya nacido para perder.
A los del f¨²tbol tambi¨¦n nos deja un gran legado, que no hay que rendirse y que efectivamente el f¨²tbol no es m¨¢s importante que el amor por el que bien merece hacerse el dormido.