A?o I d.M.
A 30 km del centro de Buenos Aires ayer fue nochebuena. Un patio lleno de chatarra da la bienvenida a la casa donde Don Chitoro y Do?a Tota criaron a seis hijos en una habitaci¨®n sin buey y mula pero con paja. "Cuando llov¨ªa te mojabas m¨¢s dentro que fuera", recordaba Diego Maradona. La casa de Fiorito luce hoy algo m¨¢s tur¨ªstica. Un mural fue pintado en noviembre para anunciar que esa chabola fue la casa de Dios. La puerta de entrada es la misma estructura endeble de madera y metal donde el ni?o jugaba a meter la pelota. Ayer habr¨ªa cumplido solo 61. A?o I d. M.
"En Villa Fiorito ya fumaba sus porritos¡", cantaban alrededor de la botella de vino dos hinchas de Independiente en un albergue de Par¨ªs. Era el a?o 2000 y estaba de Interrail. Me pareci¨® una blasfemia en toda regla y entablamos una conversaci¨®n et¨ªlica de la que apenas recuerdo alg¨²n t¨¦rmino argentino que a?adir a mi vocabulario: boliche, jumbo¡ y una vomitona. Con 18 a?os mi fe era transparente y total en el 10. Creo que mis suspensos tuvieron que ver con las madrugadas viendo sus partidos de Boca en los que deambulaba sobre el c¨¦sped alto de la Bombonera. El bueno era el 20, se llamaba Riquelme. "Estamos esperando que vuelvas¡", era la banda sonora que sonaba en la canci¨®n 10 de Honestidad Brutal.
Los Reyes me trajeron una camiseta de Boca y volv¨ª a creer en el incienso y la mirra. Y hasta aqu¨ª. Desde entonces todo fue nostalgia y decrepitud. 20 a?os de crucifxi¨®n, paranoia y dolor. "Con Diego a cualquier parte, con Maradona ni a la vuelta de la esquina", dec¨ªa Signorini, su ¨¢ngel de la guarda en los mundiales. Incluido el 94, su ¨²ltimo milagro cuando Judas apareci¨® en forma de enfermera. Un a?o despu¨¦s de su entierro anuncian un partido homenaje. En Arabia Saud¨ª. Y una publicaci¨®n en sus redes con su figura sobre un c¨®digo de barras advierte: "La marca Maradona est¨¢ registrada". Muerto el profeta llega el negocio, las reliquias y peregrinaciones. Nos espera una Edad Media maradoniana en toda regla, pero su vida de futbolista fue real, humana y santa. Santa Maradona.