Elogio del miedo
Dijo Ancelotti en la previa del Cl¨¢sico que el miedo es ¨²til. Que es una sensaci¨®n que te ayuda a no ir a por el le¨®n convencido de que es un gato. En alguien como yo, que toda la vida la ha pasado convencido de poder encontrarse con un tibur¨®n en la piscina, reson¨® de manera especial y me insufl¨® optimismo de cara al Cl¨¢sico. Me pareci¨® un gesto de inteligencia del italiano. Nos llaman miedicas. Y no estamos tan de acuerdo. Preferimos el t¨¦rmino "amantes del escenario conservador". El lado salvaje de la vida se lo dejamos a Lou Reed.
Ser entrenador de un equipo grande se parece un poco a ser el jefe de una de las familias de Los Soprano: nunca puedes mostrar ni un signo de debilidad o corres el peligro de ser despedazado por tus enemigos a la m¨ªnima flaqueza. Y vivir as¨ª es tan agotador como pretencioso. Por eso me pareci¨® reconfortante escuchar esas palabras de boca del entrenador italiano. Al Camp Nou hay que ir siempre con respeto, prudencia y, por qu¨¦ no decirlo, con un poco de miedo. Con la sensaci¨®n de que el peligro acecha y de estar entrando en territorio comanche. No acomplejado, ni humillando la cabeza, ni pidiendo perd¨®n por competir de t¨² a t¨², tal y como hicieron otros entrenadores m¨¢s socarrones delante de los micr¨®fonos y que luego prefer¨ªan quedarse en puerto en cuanto se levantaba un poco de aire.
Nunca me han impresionado los fanfarrones ni las machadas. Hablar es gratis y siempre puedes extender cheques sin fondo en una rueda de prensa. La valent¨ªa sin responsabilidad no es m¨¢s que tu inseguridad disfrazada de decisi¨®n, puro balconing emocional. Y muchos entrenadores manifiestan el mismo miedo de Ancelotti de forma m¨¢s subrepticia. Tienen miedo a confiar en el chico joven, tienen miedo a que un vestuario plagado de estrellas no les respete por no haber sido antes futbolistas consagrados, tienen miedo a la prensa, tienen miedo a ser eclipsados, tienen miedo al qu¨¦ dir¨¢n, tienen miedo al fracaso, tienen miedo al escudo, a la propia directiva y a todo lo que escape de su control, tienen miedo a sus propias decisiones. Tienen miedo al miedo. Y eso les lleva a una contracci¨®n total, a la par¨¢lisis.
Celebro que Carletto sea de los m¨ªos, junto a Ted Lasso. Nunca fuimos de lo que se colaban en el cementerio, no vemos pel¨ªculas de terror y preferimos quedarnos en tierra cuando los dem¨¢s se suben a la monta?a rusa. El Camp Nou nos sigue imponiendo y nos da miedo hablar en p¨²blico de ciertos temas. No tratamos de esquivar el miedo para poder sentirnos algo m¨¢s vivos. Aprendemos a vivir con ¨¦l, que es lo valiente.