S¨®lo s¨¦ que no s¨¦ nada
"No os leo porque s¨¦ mucho m¨¢s de f¨²tbol que vosotros", afirm¨® Luis Enrique. Y no dijo ninguna mentira porque es cierto. De hecho, eso nos sucede a un buen n¨²mero de profesionales. Los m¨²sicos, en general, sabemos bastante m¨¢s de m¨²sica que la mayor¨ªa de los cr¨ªticos, de la misma manera que Almod¨®var sabe m¨¢s de cine que Carlos Boyero.
Pero por m¨¢s que sepas de algo, ning¨²n artista est¨¢ libre de escribir una mala canci¨®n, rodar una pel¨ªcula floja o que un entrenador se obsesione con un jugador determinado. Y eso hay que decirlo, pero claro, hay que decirlo bien. A quien ha dedicado toda su vida a estudiar sobre una materia sin descanso hay que juzgarlo con un m¨ªnimo conocimiento de causa. Con opiniones fundadas y bien explicadas. Por ejemplo, en el caso concreto de la prensa musical es dif¨ªcil encontrar un cr¨ªtico que explique con argumentos por qu¨¦ un disco es malo.
Lo que sucede en el f¨²tbol es que se trata de un terreno tan emocional que no hay un verdadero inter¨¦s por saber. Comprendo las pulsiones primitivas y la emotividad extrema con la que nos atrapa este deporte; pero esto s¨®lo puede darse entre el aficionado que no tiene por qu¨¦ dar raz¨®n de sus preferencias. El periodismo, en cambio, s¨ª tiene que informar, analizar y ofrecer claves de lo que est¨¢ sucediendo. Puede ser m¨¢s sencillo o complejo, pero tiene que estar legitimado por su propia exigencia y cierto c¨®digo deontol¨®gico. As¨ª podr¨¢ exigir cuentas.
En el caso de la Selecci¨®n, adem¨¢s, el ambiente est¨¢ enturbiado porque algunos medios, desde hace a?os, se comportan de manera agresiva y soez. Luis Enrique ha ejercido su leg¨ªtimo derecho a la defensa, pero en ese camino, ha hecho pagar con la misma moneda a justos y a pecadores. De verdad, merece la pena leer a un buen n¨²mero de periodistas deportivos. Es normal que la gente joven se aleje del f¨²tbol. Ese griter¨ªo de se?ores hist¨¦ricos siempre enfadados les parece de otra ¨¦poca. El periodismo, como hizo La Roja, tiene que decidir si quiere ser toro o torero.