Autoayuda
Los procesos de reconstrucci¨®n en cualquier ¨¢mbito de la vida son muy particulares. Se da por hecho que si hay que reedificar es porque hay cierta ruina. As¨ª que lo primero que se requiere es honestidad para reconocerlo. Lo siguiente es decidir qu¨¦ es lo que quieres hacer, ser, a d¨®nde ir. Suele ayudar bastante tener conocimiento de c¨®mo es uno, de las flaquezas y fortalezas propias. Y planificar los medios (a corto plazo) y la estrategia (a largo) para lograrlo. Toda esta infamia de autoayuda disfrazada de sabidur¨ªa que les estoy contando viene al caso por el proceso que ha vivido, est¨¢ viviendo, la Selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol.
Casi todos los renacimientos son hermosos, pero este puede tocarnos especialmente el coraz¨®n porque pens¨¢bamos, con motivo, que el ed¨¦n visitado hace unos a?os era irrepetible. Seguramente nunca se alcancen tan altas cotas de calidad, buen juego y consecuci¨®n de ¨¦xitos, pero el buen camino se ha reencontrado. El maravilloso estilo con el que se gan¨® todo ha dejado de ser un modelo de tutelaje autoritario e injusto para ser de nuevo tan solo lo que debe: un ideario, una manera de hacer las cosas.
Para lograrlo ha sido necesario un liderazgo rocoso que haya cumplido lo apuntado arriba recurriendo al libro sin mesianismo, con honestidad y car¨¢cter. Un correcto diagn¨®stico: no hay un solo jugador que est¨¦ entre los diez mejores del mundo en su posici¨®n; hay debilidad en ambas ¨¢reas. Qu¨¦ quieren ser: una Selecci¨®n que juegue con un determinado m¨¦todo o cultura que llev¨® al ¨¦xito. C¨®mo: privilegiando el grupo por encima de individualidades que no hay. Con el jefe siendo jefe y siendo sordo. Apostando por perfiles en lugar de nombres. As¨ª se explica Gavi, Yeremy, el buen juego, los resultados. Todo esto se escribe f¨¢cilmente, se critica m¨¢s f¨¢cilmente a¨²n, hay mucha gente esperando para hacerlo en la derrota, pero se hace con dificultad. En los momentos de median¨ªa, lo decisivo fue la fe de un hombre en sus convicciones. Alg¨²n club deber¨ªa aprender.