Los Juegos m¨¢s tristes
Hay una percepci¨®n generalizada, al menos en Espa?a, de que la pandemia ya ha expirado, seguramente m¨¢s provocada por la saturaci¨®n que por un an¨¢lisis objetivo. Esta misma semana Catalunya ha vuelto a cerrar el ocio nocturno, igual que la Comunidad Valenciana, que a su vez estudia la f¨®rmula para rescatar el toque de queda. Son retrocesos evidentes. M¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras tambi¨¦n hay repuntes, muchos relacionados con nuevas cepas m¨¢s contagiosas como la Delta. Es el caso de Jap¨®n, cuyo primer ministro, Yoshihide Suga, decret¨® este jueves el Estado de Emergencia, el cuarto desde la irrupci¨®n del coronavirus, del 12 de julio al 22 de agosto, unas fechas que alcanzan de lleno a los zarandeados Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, a s¨®lo dos semanas de su inauguraci¨®n.
El evento se va a celebrar, a pesar de la nueva ola y a pesar del escepticismo de su poblaci¨®n, ya no hay marcha atr¨¢s, pero la situaci¨®n no puede ser m¨¢s triste para una competici¨®n que siempre fue sin¨®nimo de fiesta global. En marzo ya se hab¨ªa decidido la prohibici¨®n de aficionados extranjeros, pero a¨²n quedaba la esperanza del p¨²blico japon¨¦s y residente, que hasta la fecha se hab¨ªa establecido en 10.000 espectadores o en el 50% de los aforos, pero ayer mismo se revoc¨® esa medida, en una decisi¨®n consecuente con el estado actual del pa¨ªs nip¨®n. Las gradas estar¨¢n vac¨ªas. El espect¨¢culo se reducir¨¢ a la televisi¨®n, que en realidad es la gran ventana de unos Juegos, pero Tokio celebrar¨¢ un evento sin ambiente en los recintos, sin ambiente en la ciudad, y con un escaso retorno econ¨®mico. Hay que agradecer a Jap¨®n, en estas deprimentes circunstancias, que siga adelante con los Juegos y que, al menos, permita cumplir el gran sue?o de los m¨¢s de 15.000 deportistas ol¨ªmpicos y paral¨ªmpicos, y tambi¨¦n de los millones de aficionados que romper¨¢n a aplaudir desde sus casas.