Cada ca¨ªda es un mundo
El pelot¨®n del Tour de Francia protagoniz¨® este mi¨¦rcoles un plante simb¨®lico en el kil¨®metro 0 y en los primeros lances de la etapa para protestar por la sucesi¨®n de ca¨ªdas que se han encadenado en los tres primeros d¨ªas de competici¨®n. Lo hizo con un gusto exquisito, porque evit¨® trasladar el par¨®n a la salida de Redon, para no perjudicar ni a los aficionados presentes ni a una ciudad que ha invertido en el ciclismo, como explic¨® uno de los cabecillas, Philippe Gilbert. La queja iba dirigida al recorrido final de la tercera etapa, por carreteras estrechas y en descenso, por lo que sus destinatarios eran, claramente, la UCI y el Tour. Los ciclistas est¨¢n en su derecho de reclamar medidas para salvaguardar su integridad. Y la parte organizadora debe escuchar. El debate, sin embargo, no es tan sencillo y no puede reducirse s¨®lo al trazado. La proliferaci¨®n de ca¨ªdas ha existido siempre en la primera semana del Tour, no es un problema de hoy. Hace unos d¨ªas cheque¨¦ las ediciones de los 90 en busca de otra informaci¨®n y me top¨¦ con una encuesta en el AS entre directores para analizar los motivos de tantos accidentes. Han pasado 30 a?os y la pol¨¦mica es la misma. El recorrido, los nervios¡
La zona de seguridad de los ¨²ltimos tres kil¨®metros ha aliviado el asunto, pero no lo ha resuelto. Una demanda del lunes fue ampliar ese ¨¢rea de protecci¨®n, pero no es tan f¨¢cil, porque adultera en parte la naturaleza propia de la competici¨®n. ?Y si alg¨²n equipo quiere aprovechar ese terreno para lanzar su propia estrategia? De hecho, algo de eso ocurri¨®. En un momento dado se vio a Matej Mohoric estirar el grupo y, claro, la ca¨ªda no tard¨® en llegar. Su equipo, por cierto, perdi¨® a Jack Haig. Otro cl¨¢sico es que en el Tour, todo el mundo quiere rodar delante, y todos no caben. Sonny Colbrelli, un velocista, cort¨® el camino a Primoz Roglic, un l¨ªder, que vol¨® al prado. Purito Rodr¨ªguez revel¨® el domingo en TVE que la hostilidad entre los ciclistas es mayor en el Tour que en otras carreras. Y luego, m¨¢s all¨¢ del peligro del trazado y del extra de riesgo a?adido por el corredor, tambi¨¦n hay otros factores incontrolables, como que una inconsciente tire a medio pelot¨®n, o simplemente accidentales, como el tonto percance de Geraint Thomas con los Jumbo. Hay que buscar mejoras, sin duda, pero cada ca¨ªda es un mundo. Y siempre las habr¨¢.