Red Bull saca petr¨®leo de Honda
Cuando Honda anunci¨® que echar¨ªa el resto en el a?o de su despedida de la F¨®rmula 1, me son¨® a cuento chino (bueno, japon¨¦s). Hab¨ªan prometido sin cumplirlo?en tantas ocasiones que su motor mejorar¨ªa que para m¨ª su credibilidad estaba agotada, m¨¢xime cuando hab¨ªan decidido abandonar los grandes premios para enfocar su estrategia empresarial hacia otros derroteros. Por si fuera poco, las unidades de potencia se encuentran limitadas en su desarrollo, as¨ª que no me imaginaba qu¨¦ iban a hacer para lograr esa evoluci¨®n que buscaban para sus socios de Red Bull. Resulta obvio que est¨¢ vez Honda s¨ª ha cumplido con su palabra, que sus motores van mejor que nunca en esta ¨²ltima etapa en la F1 y que, sobre todo, la escuder¨ªa energ¨¦tica ha sabido sacar petr¨®leo de esta circunstancia.
Verstappen, el l¨ªder s¨®lido del Mundial, exprime su talento con un monoplaza que se lo permite. El propulsor corre y Red Bull ha vuelto a dar con la tecla aerodin¨¢mica que les facilita obtener el m¨¢ximo rendimiento de esa potencia. En la trastienda de esta especie de milagro (se puede calificar as¨ª el terminar con la hegemon¨ªa aplastante de los Mercedes) aparece la sombra alargada de Adrian Newey, su director t¨¦cnico y mente preclara que lleva la magia de los flujos de aire hasta donde otros ni imaginan. Solo as¨ª se puede explicar que un motor que ha pasado de mediocre a bueno sea capaz de doblegar a la poderosa armada de la estrella de tres puntas. En todo caso, el resultado a la vista est¨¢: Verstappen es m¨¢s candidato que nunca al t¨ªtulo, Hamilton empieza a torcer el gesto por preocupaci¨®n y Mercedes atisba el fin de su imperio. Queda mucho por delante, sin duda, pero la situaci¨®n hoy no admite muchas m¨¢s interpretaciones.