?ltimos primeros toques
En esta Eurocopa estoy aprovechando para fijarme en esas peque?as historias secundarias que a veces el seguimiento de nuestra propia selecci¨®n no nos permite observar. Por ejemplo, en los que tal vez est¨¦n siendo los ¨²ltimos partidos de Kroos como internacional. Porque todo apunta a que este ser¨¢ su baile final en un gran torneo de selecciones. Y es una pena. Seguir¨¦ disfrutando de la extra?a belleza de su juego as¨¦ptico, carente de toda clase de adorno, con el Real Madrid. Espero que por muchos a?os todav¨ªa. Pero ver a Kroos luciendo la zamarra de la selecci¨®n alemana sigue siendo algo especial.
Uno de mis recuerdos favoritos como aficionado al f¨²tbol fue estar viendo las continuas exhibiciones del centrocampista alem¨¢n durante el Mundial de Brasil, sabedor de que a la vuelta ser¨ªa ya jugador blanco. Era como estar tomando un cornetto con la certeza de que todav¨ªa te espera ese glorioso piquito relleno al final del cono. Kroos fue uno de esos fichajes que nunca te crees que tu equipo pueda llegar a conseguir. El atraco perfecto a la c¨¢mara acorazada de ese Bellaggio del f¨²tbol que es el Bayern de M¨²nich. Tanto es as¨ª que todav¨ªa sigo esperando que cualquier d¨ªa se vaya a la francesa. Dejando un post-it en su taquilla. Demasiado bueno como para que no haya letra peque?a. Nunca olvidar¨¦ cuando un amigo con informaci¨®n de lo que ocurr¨ªa dentro del Real Madrid me lo cont¨®, unos d¨ªas antes de la D¨¦cima, en un bar de Lisboa: "Kroos est¨¢ hecho¡±. Luego que por qu¨¦ esa ciudad es mi lugar favorito del mundo. Pero si solo me ocurren cosas bonitas ah¨ª.
Admito que me cautiva su car¨¢cter herm¨¦tico y tan poco dado al histrionismo. Esa sobriedad salpicada de dedicaci¨®n y tranquilidad, casi de monje trapense, en todo lo que hace. O esos detalles ya tan marca de la casa como los de mantenerse fiel a un mismo modelo de botas blancas, descatalogado desde 2015. O su invariable corte de pelo. En esta ¨¦poca tan marcada por el exhibicionismo digital y por un pringoso sentimentalismo, da gusto que siga habiendo jugadores de los que apenas sepamos nada. Que sigan conservando un cierto halo de misterio a su alrededor. Disfrutemos de sus ¨²ltimos primeros toques antes de que empecemos a hablar con nostalgia de ¨¦l.