Mucho m¨¢s que un partido de tenis
Un Nadal-Djokovic es un partido que transciende las banderas. Por supuesto que un aficionado espa?ol quiere que gane Rafa y empuja en cada bola con su aliento para ello. Pero si logramos abstraernos por un instante y olvidarnos de las nacionalidades, para ver s¨®lo a dos hombres jugando al tenis, golpe a golpe, sin tregua, podemos sentirnos unos privilegiados por haber presenciado uno de los mayores espect¨¢culos del deporte entre dos leyendas en activo. Una vez m¨¢s. Y van 58. El duelo m¨¢s repetido de siempre tampoco defraud¨® en las semifinales de Roland Garros 2021. Hubo momentos de juego sublimes, como corresponde a los dos mejores del mundo, da igual que el ranking ATP diga otra cosa, a dos campeones que han estado frente a frente durante m¨¢s de 8.000 minutos durante su carrera. Una rivalidad excepcional. La temperatura subi¨® tanto en la Philippe Chatrier, que hasta las autoridades francesas decidieron anular el toque de queda. Un Nadal-Djokovic es mucho m¨¢s que un partido de tenis. Es historia del deporte. Cuesti¨®n de Estado. M¨¢s all¨¢ de himnos.
El duelo se lo llev¨® Djokovic. Tambi¨¦n pudo decantarlo Nadal, que tuvo bola de set en el tercero y 2-0 en el cuarto. Pero el ganador fue Djokovic. Y con justicia. Nole ten¨ªa que bordar el tenis, y lo hizo, para tumbar a Nadal en su templo. No se pareci¨® en nada al jugador que sali¨® zarandeado en la ¨²ltima final. Los campeones aprenden de sus ca¨ªdas. ¡°Este es el partido m¨¢s grande que he jugado aqu¨ª¡±, admiti¨® el serbio tras protagonizar un suceso hist¨®rico, la tercera derrota de Rafa en Roland Garros. El espa?ol ha jugado 108 encuentros y ha vencido en 105, trece de ellos en la final. Eso explica el m¨¦rito del serbio, el ¨²nico tenista capaz de doblegar dos veces en Par¨ªs al rey de la tierra. El desplome del mito es doloroso. Pero hay que aparcar la bandera para aplaudir al ganador de una batalla de gigantes.