El Concilio Pellegrini-Coudet
Este s¨¢bado, en Bala¨ªdos, se ver¨¢n las caras el entrenador que podr¨ªa actuar en una pel¨ªcula de Juan Jos¨¦ Campanella, Manuel Pelligrini; y el entrenador que podr¨ªa estar enterrando alg¨²n malet¨ªn bajo la nieve de ¡®Fargo¡¯, el Chacho Coudet. No sabemos si su encuentro provocar¨¢ un nuevo Concilio Vaticano porque ser¨¢ como ver dos milagros en colisi¨®n, y por menos que esto se han celebrado s¨ªnodos en la historia.
El crecimiento colectivo e individual de Betis y Celta con Pellegrini y Coudet es de los que sellan canonizaciones. Pellegrini est¨¢ muy cerca de clasificar al Betis para Europa League, asegurado el puesto en la nueva Conference League. La temporada pasada el Betis termin¨® en el puesto 15 de la Liga. Y el Celta va a terminar octavo, despu¨¦s de agonizar la pasada campa?a en el puesto 17, a un punto del descenso. Cuando Coudet lleg¨® a Vigo en noviembre, con su bufanda negra anudada al cuello y su cara de revoluci¨®n, el Celta era colista. Por el camino han resucitado los Santi Mina o Borja Iglesias. Y tambi¨¦n ha resucitado la ilusi¨®n, que estaba postrada en las camas de los institutos forenses de Vigo y de Sevilla.
Este fin de semana se dirime todo en LaLiga, t¨ªtulo y descensos, y en medio reposa la placidez del que ya s¨®lo se juega poner el broche, o del que ya no se juega nada. Esa sensaci¨®n funcional de apagar el ordenador con el trabajo hecho antes de irte de vacaciones. El peligro de la tranquilidad es que a un aficionado al f¨²tbol nunca le llega y siempre termina anhelando m¨¢s. La tranquilidad es una droga pl¨¢cida pero cortoplacista, despierta pero no activa. La tranquilidad en el f¨²tbol es un funcionario de Hacienda y no una estrella de rock, es una tarde gris en Bruselas y no un amanecer en Maracan¨¢. As¨ª que la temporada que viene el Betis querr¨¢ Champions, el Celta querr¨¢ Europa, y Pellegrini y Coudet ser¨¢n juzgados seg¨²n esos baremos. Los milagros, a fin de cuentas, viven de la ambici¨®n humana. Y el f¨²tbol est¨¢ para todo menos para conformarse.