La suerte est¨¢ echada y es mala
S¨®lo hubo esperanza en alg¨²n destello: el pase de Busquets a Messi, que termin¨® en el gol azulgrana. Quiz¨¢s es un s¨ªmbolo de esta ¨¦poca que se acaba. Busquets es la inteligencia heredada de Xavi y de Iniesta. Ambos le dieron a la ¨¦poca de Guardiola el sabor que necesita un equipo para irse haciendo mejor. Iniesta atrajo a los rivales a charcos de los que no pod¨ªan salir y Xavi gener¨® la audacia de la mirada para saber quien estaba libre. Era una forma de ser, en los tiempos heroicos de Helenio Herrera, resolv¨ªa Luis Su¨¢rez. Messi se incorpor¨® al equipo como un asteroide raro. Oblig¨® al Bar?a a adaptarse a sus pies, a sus diabluras, a su genio y, tambi¨¦n, a sus silencios.
As¨ª que ese gol que fabricaron juntos antes de que el Bar?a se diluyera es el pen¨²ltimo s¨ªntoma de una despedida. Podr¨¢n seguir juntos los dos, tienen m¨¦ritos y cualidad para continuar siendo motores de este equipo derrengado. Pero psicologicamente ya no as los mismos. Han sido demasiadas decepciones hasta el punto que hasta la palabra futuro resulta de muy dif¨ªcil conjugaci¨®n. Ahora ni siquiera es asunto de inter¨¦s lo que pase con Koeman. Que se quede Messi o se vaya es m¨¢s cuesti¨®n de acertijos de internet que asunto importante para analizar hoy el estado de ¨¢nimo azulgrana. El Bar?a no perdi¨® ayer. Perdi¨® hace mucho tiempo, pero hasta ayer, no lo lleg¨® a saber para su desgracia y para su memoria.