El Landismo truncado
El primer contacto con la monta?a infinita del Giro, el martes en la cuarta etapa, destap¨® las intenciones de Mikel Landa, que inaugur¨® las hostilidades entre los gallos en el Colle de Passerino. Egan Bernal, el favorito, respondi¨® con solvencia. Tambi¨¦n Vlasov, Carthy, Ciccone¡ Su renta se tradujo a un pu?ado de segundos, pero Landa hab¨ªa mostrado sus cartas. Y su ciclismo, marca de la casa. A esas maniobras, a ese esp¨ªritu combativo, muchas veces imprevisible, se le ha bautizado como Landismo. Un t¨¦rmino con el que se siente identificado. Este mi¨¦rcoles, un d¨ªa despu¨¦s, en una jornada llana sin m¨¢s trampas que la velocidad y los nervios, el globo de ilusi¨®n se desinfl¨® de golpe, rod¨® por los suelos en una mala ca¨ªda que envi¨® al l¨ªder del Bahrain al hospital, cuando s¨®lo faltaban cuatro kil¨®metros para la meta. Eso tambi¨¦n es Landismo. Por desgracia. El Giro se queda as¨ª sin uno de sus grandes animadores, un ciclista rebelde, osado, inconformista¡ Y Espa?a pierde a su principal baza, quiz¨¢ la ¨²nica. Pello Bilbao hereda ahora sus galones, se le da bien Italia. Marc Soler es una inc¨®gnita.
La baja de Landa es amarga porque se le ve¨ªa en forma, mentalizado y animado, rodeado de un buen equipo. Un a?o m¨¢s, parec¨ªa el momento. Pero no. Aquel podio en el Giro 2015, con 25 a?os, abri¨® un esperanzador futuro que no ha llegado a fraguarse. Landa ha sido tres veces cuarto, dos en el Tour y una en el Giro. En 2017 se qued¨® a un segundo del caj¨®n de Par¨ªs. Tambi¨¦n ha sido sexto y s¨¦ptimo en Francia. No es tan irregular como la etiqueta que tiene colgada. Un virus le fren¨® en el Giro 2016, la ¨²nica grande que hab¨ªa abandonado hasta ahora. Otras dos ca¨ªdas s¨ª le alejaron de la cabeza en el Giro 2017 y el Tour 2019, pero se mantuvo en pie. Esta vez ha sido un duro accidente, como el que sufri¨® en San Sebasti¨¢n en 2018. El tiempo pasa, ya tiene 31 a?os, y el Landismo se trunca. Hay que volver a levantarse.