Militao no hizo nada desleal
Rebobinemos: el Reglamento seg¨²n el Antiguo Testamento era sencillo. Se juega con el pie y unas pocas normas castigan la deslealtad al compromiso con el esp¨ªritu del juego. Para los ne¨®fitos el ¡®off-side¡¯ resulta complicado, pero al poco se entiende. La mano voluntaria es falta grave, aclar¨®, es la abolici¨®n del f¨²tbol. La involuntaria es accidental. Queda la zona fronteriza de la mano (brazo) echada a volar arteramente para ocupar espacio. En mi adolescencia lo hac¨ªa con singular acierto Griffa, que saltaba con la postura del hombre de Da Vinci. M¨¢s recientes son los saltos de Michel Salgado elevando el codo de manera forzada.
Los ¨¢rbitros aprendieron a sancionar esa maniobra, desleal con el esp¨ªritu del juego. La International Board dict¨® circulares al respecto. Recientemente, el adanismo de una punta de ignaros a cuya cabeza est¨¢ David Elleray pretendi¨® sustituir el criterio del ¨¢rbitro por una catalogaci¨®n imposible de las situaciones de mano. De ah¨ª sali¨® una tabla de logaritmos inaprensible para los propios protagonistas del juego, tanto m¨¢s para los aficionados. El resultado del extrav¨ªo es que hoy una persona brillante, razonable, con toda la vida metido en el f¨²tbol como es Zidane, no sabe lo que es mano. O no sabe por qu¨¦ esta s¨ª y por qu¨¦ aquella no.
Militao no hizo nada desleal con la regla. El brazo estaba en la posici¨®n natural del salto, no hay nada m¨¢s antinatural que saltar con las manos pegadas en las caderas. Pero el desvar¨ªo en que estamos nos lleva a que algo as¨ª sea sancionado con penalti. Transigimos con cretineces como que se saque de centro hacia atr¨¢s y hemos acabado en esto. Encima VAR mediante, lo que convierte el absurdo en escarnio. Este verano vuelve a cambiar la norma: lo de Militao ya no ser¨¢ mano. El problema ser¨¢ que sigan por ah¨ª David Elleray y dem¨¢s diarreicos mentales, que est¨¢n averiando la herencia que malbaratan.