Epifan¨ªa de Butrague?o en C¨¢diz
El delantero marc¨® dos tantos en su debut con el Real Madrid en 1984 en el Carranza.
El jueves 2 de febrero de 1984, As anunciaba: si Santillana no se recupera, Butrague?o le sustituir¨¢ en C¨¢diz. Para entonces, jornada 21, Di St¨¦fano ya hab¨ªa ascendido a tres jugadores del Castilla: Sanch¨ªs y Mart¨ªn V¨¢zquez en la 14, en Murcia, y Pardeza en la 17, ante el Espanyol. El filial, al que entrenaba Amancio, estaba haciendo furor esa temporada. Encabezaba la tabla de Segunda codo a codo con el Bilbao Athletic, y el entusiasmo era tal que se abri¨® el Bernab¨¦u, con llenazo, para el partido que enfrent¨® a ambos. Aquel era un equipo alegre, vistoso y eficaz, continuador del que poco antes hab¨ªa sido finalista de Copa, pero con m¨¢s encanto. El m¨¢s admirado era Butrague?o, que con 21 goles, era el pichichi de Segunda.
Al llegar el viernes a la Ciudad Deportiva, Butrague?o se encuentra con que Amancio le dice que va a entrenar con el primer equipo y le deja caer que viajar¨¢ a C¨¢diz. Santillana se hab¨ªa recuperado, pero aun as¨ª Di St¨¦fano decidi¨® llevar a la joven promesa.
Mientras, aunque la ciudad viv¨ªa una huelga general por la reconversi¨®n naval, en C¨¢diz vuelan las entradas. No por Butrague?o, del que a¨²n se sab¨ªa poco, sino por el propio Real Madrid, visitante favorito de la ciudad, por la pasi¨®n que desataba M¨¢gico Gonz¨¢lez y porque los puntos hac¨ªan falta. El C¨¢diz anda mal. Hace cuatro jornadas Joanet ha sustituido en el banquillo a Milosevic y se apunta una reacci¨®n. Animan los precedentes: era la tercera visita en Liga del Madrid al Carranza y en las dos anteriores hab¨ªa ganado el C¨¢diz 1-0. A eso se pod¨ªa a?adir un ¨²nico enfrentamiento de Copa, con empate a cero.
Butrague?o, 20 a?os, llega a casa feliz, donde da la noticia. M¨¢s feliz a¨²n se pone su padre, viejo madridista, adorador de Molowny, de cuyo f¨²tbol ve trazas en su hijo. Molowny hab¨ªa sido, justamente, el valedor de Butrague?o para entrar en el Madrid despu¨¦s de haber sido rechazado en muchas pruebas. Pap¨¢ Butrague?o se apunta al viaje.
Cuando Di St¨¦fano da la alineaci¨®n no est¨¢ Butrague?o. S¨ª Mart¨ªn V¨¢zquez y Sanch¨ªs, en la media, dentro de un prudente 4-4-2 que deja el ataque a Juanito y Santillana. El primer tiempo el Madrid juega mal. En el 18¡ä marca el C¨¢diz por medio de Benito, a saque de falta de M¨¢gico Gonz¨¢lez; el Madrid, que estaba muy prudentes, se abre algo y en el 34¡ä hay un contrataque con pase largo de Benito a Mej¨ªas II que marca ante Miguel ?ngel. 2-0 y pa?uelos en las gradas.
Di St¨¦fano est¨¢ obligado a arriesgar y en el descanso deja fuera a Sanch¨ªs para dar entrada a Butrague?o, que sale con el 14. Tiene un aire decididamente infantil, casi angelical, con su cuervo leve y sus rizos rubios, aunque llaman la atenci¨®n sus piernas fuertes. Pronto destaca por su visi¨®n de juego: en el 49¡ä deja a ?ngel mano a mano con Cedr¨²n, pero la ocasi¨®n se esfuma. Luego llamar¨¢ la atenci¨®n otra cosa: su fulminante arrancada y la facilidad para frenar. En el 60¡ä se completar¨¢ el retrato con su decisi¨®n para el disparo. Santillana ha recibido un bal¨®n largo, lo maneja en la media luna muy vigilado y ¨¦l acude en su ayuda, lo toma y dispara cruzado el 2-1. Ha sido una acci¨®n fulminante, una pu?alada de p¨ªcaro.
El C¨¢diz se hace m¨¢s prudente, el Madrid va al ataque. El Buitre interviene m¨¢s y m¨¢s y cada vez mejor. En una media vuelta estrella el bal¨®n en el larguero de Cedr¨²n. Pero el tiempo avanza sin m¨¢s goles, entre la ansiedad del p¨²blico. En el 87¡ä, un c¨®rner botado por Juanito es cabeceado con el parietal por Gallego: 2-2 y mazazo para el C¨¢diz, que saca de centro desilusionado. Camacho corta, adelanta a Juanito, est¨¦ centra sobre ?ngel, que dispara, Cedr¨²n rechaza como puede y Butrague?o aparece de la nada y marca el 2-3. El Madrid ha ganado el partido.
Fue una epifan¨ªa. Un halo milagroso envolvi¨® desde ese momento su nombre, que acapara las portadas y los telediarios el d¨ªa siguiente. Di St¨¦fano le har¨¢ un elogio parco pero contundente, fiel a su forma de hablar: ¡°A este pibe lo sacudes y le caen goles¡±.