UEFA y Superliga se ense?an los dientes

Pertenezco al amplio sector de aficionados que admira el actual modelo de Champions, que lleva 30 a?os evolucionando para dar cabida a m¨¢s equipos (de uno a cuatro) de las principales ligas. Est¨¢ perfectamente encajado con los campeonatos nacionales. Su desarrollo es emocionante y ofrece un recorrido en el peor de los casos razonable a los clubes m¨¢s ricos, que siempre pasan la fase de grupos y f¨¢cilmente llegan a cuartos. No creo que la Superliga fuese m¨¢s atractiva, hasta temo que menos, y desde luego da?ar¨ªa los campeonatos nacionales. Al no ser necesario quedar bien en ellos para ir a Europa, los recorrer¨ªan con el equipo reserva.

Es una propuesta ego¨ªsta nacida de un pu?ado de clubes de Espa?a, Italia e Inglaterra que ya con el modelo actual han multiplicado por varios d¨ªgitos sus presupuestos en lo que va de siglo. La respuesta de la mayor¨ªa de los aficionados de esos pa¨ªses es negativa. Tambi¨¦n sus gobernantes se han expresado en contra, conscientes del da?o que eso har¨ªa al ecosistema del f¨²tbol, la gran evasi¨®n para tanta gente. Alemania (Bayern y Borussia) y Francia (PSG) no se han sumado. Esto s¨®lo satisfar¨ªa la caja de unos pocos que han sido incapaces de controlar la ambici¨®n de los superfutbolistas y sus agentes, que siempre exigen m¨¢s.

Podr¨ªamos sacrificar lo que tenemos en una causa imb¨¦cil: conseguir que los futbolistas m¨¢s famosos tengan en su garaje siete Lamborghinis en lugar de cuatro. O podr¨ªamos reconducir esto, para lo que ser¨¢ necesario que UEFA y clubes dejen de ense?arse los dientes. La UEFA debe ofrecer mayor espacio a los clubes en sus decisiones. No puede encastillarse en un estilo de poder medieval frente a unas superempresas deportivas montadas en la ola de supercapitalismo ego¨ªsta dominante. Les tendr¨¢ que ofrecer transparencia en las cuentas y hasta ir de su mano en la comercializaci¨®n. As¨ª se podr¨ªa evitar el desastre, no con amenazas.