Pensar, ejecutar, ganar: tres historias de superaci¨®n y entrenamiento mental

Somos el resultado de las decisiones que tomamos. Ejecutamos, o hacemos, el resultado de los pensamientos que determinamos. ?D¨®nde? En el centro de todo, un ¡®¨®rgano¡¯ dif¨ªcilmente clasificable. Una batuta que dirige una compleja sinfon¨ªa ¡®corporal¡¯: la mente. De ella depende todo: que nos levantemos una hora m¨¢s temprano. Que aguantemos un kil¨®metro m¨¢s.

La mentalidad es, por suerte, algo que se forja con el trabajo diario. No es un don reservado a unos pocos al nacer. Todos podemos moldearla: ejercitarla para que esta sea m¨¢s fuerte, determinada y perseverante. Sin embargo, el entrenamiento mental es algo relativamente nuevo y tambi¨¦n desconocido. A veces, incluso, mal entendido.

Entrenar la mente puede resultar hoy una expresi¨®n familiar. Un terreno conocido. A veces una frase manida. Y no sin raz¨®n. Hablamos mucho del poder de la mente, incluso sin haberla entrenado antes. Hablamos, muchas veces, sin propiedad. Porque la mente no es solo ¡®querer es poder¡¯. Es ¡®trabajar para que querer sea verdaderamente poder¡¯. Detr¨¢s de una mentalidad no solo hay actitud (que tambi¨¦n), hay trabajo y del duro. Un aut¨¦ntico entrenamiento.

Hoy quiero revisar tres historias con nombre propio. En ellas, sus protagonistas -deportistas de podio- supieron trabajar su mentalidad de campe¨®n. Una mentalidad que, bien ejecutada, tiene el poder de convertir el desaf¨ªo en un reto. Es el caso, por ejemplo, de Michael Jordan. Hoy est¨¢ considerado uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, sin embargo: ?sab¨ªas que cuando Michael estaba en la escuela lo echaron del equipo de baloncesto? Dec¨ªan que no ten¨ªa talento para ese deporte.

?Ten¨ªa Michael Jordan un talento natural innato? No. Ten¨ªa algo mejor. Determinaci¨®n para seguir levant¨¢ndose a las 6h de la ma?ana a encestar pese haber sido descartado del equipo de la universidad que quer¨ªa. ?Fue m¨¢s importante lo que sab¨ªa hacer hasta ese momento o lo que se hab¨ªa propuesto saber hacer poni¨¦ndose el despertador m¨¢s temprano que nadie para lograrlo? Obviamente, lo segundo.

La mentalidad determina nuestros pensamientos. Lo que pensamos condiciona lo que hacemos y c¨®mo lo hacemos. Lo que hacemos dictamina lo que conseguimos. No es Jordan el primer deportista en derribar una muralla de descr¨¦dito a priori infranqueable. En el siguiente ejemplo, nos fijamos en un muro que, sin embargo, levant¨® el propio deportista. Michael Phelps comenz¨® a nadar para canalizar su TDAH y para alejarse un poco del dif¨ªcil ambiente que hab¨ªa en su casa.

?Sab¨ªas que no le gustaba el agua? S¨ª, el mejor nadador de la historia le ten¨ªa p¨¢nico a la piscina. Pero la piscina le permit¨ªa olvidar su trastorno y sentir que era realmente bueno en algo, as¨ª que sigui¨® nadando. No fue f¨¢cil: cada d¨ªa tuvo que luchar muy duro para seguir adelante y la depresi¨®n y la ansiedad no dejaron de rondarle. Pero hay m¨¢s: el caso de Phelps es paradigm¨¢tico en la historia del entrenamiento mental por ser precisamente ¡®mental¡¯.

Un entrenamiento que le llev¨®, de la mano de su entrenador ¡®Bowman¡¯, a conseguir las 28 medallas ol¨ªmpicas, 23 de ellas de oro y ser el ¨²nico deportista de la historia en ganar ocho oros en los mismos Juegos Ol¨ªmpicos (Beij¨ªn 2008). ?De qu¨¦ hablamos? De la t¨¦cnica VMR (en ingl¨¦s, Visualization and Mental Rehearsal) que podemos resumir en visualizaci¨®n mental. Un entrenamiento que dot¨® a Phelps de los h¨¢bitos necesarios para ser el nadador mentalmente m¨¢s fuerte de la piscina.

No quiero terminar este art¨ªculo sin hablar de una de las deportistas m¨¢s incre¨ªbles de nuestro pa¨ªs: Sara Fern¨¢ndez Rold¨¢n, actual Campeona de Espa?a de 100 metros y 200 metros de atletismo adaptado. Sara corre a una velocidad sobrehumana y salta muy, muy alto por encima de las adversidades. Lo s¨¦ porque he trabajado con ella. Para ella, no rendirse es una forma de vida.

Para Sara no existe un ¡°no puedo hacerlo¡±. No existe mejor ejemplo de lo que significa tener una mentalidad de campeona. ?Imaginas correr a la velocidad del rayo, saltar sin miedo con el impulso de un jaguar con solo un 12% de visi¨®n? Consigui¨® una excelente participaci¨®n en las olimpiadas de R¨ªo 2016 y tiene un prometedor futuro por delante. No hay nada en el mundo que pueda frenar a Sara, como tampoco nada ni nadie fren¨® a Phelps y Jordan. Porque la mentalidad es m¨¢s fuerte que todas las adversidades.

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