Laporta, sin Guardiola ni Puyol ni Xavi
La victoria de Laporta ha sido clamorosa. Alta participaci車n (casi r谷cord y en tiempos de pandemia) y m芍s de la mitad de los votos emitidos. Su 谷xito se present赤a desde que anunci車 candidatura y se dio por seguro cuando se tir車 de espont芍neo en la zona cero del madridismo con aquella maniobra brillante y sutil. Todo en 谷l emanaba optimismo. De sus adversarios ni se preocup車. S車lo de lanzar su mensaje, que no ha sido sino recordar qu谷 pas車 cuando 谷l fue presidente. A?os maravillosos, no tan lejanos como para que no queden en el equipo algunos jugadores. A?os cuya a?oranza escuece como una herida en carne viva.
Con todo a favor, ni siquiera ha tenido que justificar las sombras de su periodo, que las hubo. Perdi車 muchos de sus colaboradores (Rosell, Bartomeu, Ferran Soriano, Ingla...) por su personalismo. Tuvo alg迆n episodio que desdec赤a mucho del club que preside, como aquel &striptease* aeroportuario. Salv車 una moci車n de censura porque la repulsa no lleg車 al 66% estatutario, pero alcanz車 el 60%. Se present車 en 2015 contra Bartomeu con un acendrado discurso independentista (※el que quiera ver el Camp Nou lleno de esteladas, que me vote§) y perdi車. Nada de eso ha operado ni apenas sonado en la campa?a.
Ha ganado por carisma, por simpat赤a y por credibilidad. Su discurso ha sido conciliador. Nada de pedir responsabilidad econ車mica a los salientes (y bien podr赤a, a 谷l se lo hicieron), no ha agitado el fantasma independentista, no ha estigmatizado al Madrid ni a los 芍rbitros. Mensajes constructivos y disposici車n entusiasta por ir hacia el toro, que es de a迆pa. Merece suerte, como todos los valientes. Ahora no se va a encontrar ah赤 dentro a Guardiola, Puyol y Xavi, aquella peana formidable para hacer lo que hizo. Le queda, esperamos todos, Messi, cuya decisi車n de ir a votar dej車 claro que siente que el club es su casa. Renovarle ser赤a su primer 谷xito.