La foto vintage de Nadal
El pasado viernes caus¨® impacto una fotograf¨ªa deportiva. En otra ¨¦poca hubiera sido una imagen cotidiana, pero no en estos tiempos. En ella se ve¨ªa a dos tenistas, Rafa Nadal y Dominic Thiem, en pleno partido de exhibici¨®n en Adelaida, con el p¨²blico entregado. Todo normal, si no fuera por esa grada abarrotada. ¡°Os echaba de menos¡±, dijo Rafa, micr¨®fono en mano, ante el aplauso general. La imagen nos evoca el pasado feliz hasta convertirse casi en una foto vintage, pero tambi¨¦n nos transporta a un futuro que ya es presente en Australia, al deporte pospandemia con el regreso de la afici¨®n. Hay mucha a?oranza y mucho anhelo en la estampa. El pa¨ªs oce¨¢nico puede permitirse este escenario, porque all¨ª los contagios de coronavirus est¨¢n controlados. Con sacrificio, con mano de hierro y con sentido com¨²n. Habr¨ªa que tomar nota.
Esa es precisamente la imagen que vamos a ver repetida a partir de esta semana y durante gran parte del presente mes de febrero en Melbourne, donde estos d¨ªas se concentra el tenis mundial. Primero, con las celebraciones de la ATP Cup, esa competici¨®n por pa¨ªses inventada para poner la zancadilla a la Davis, y de torneos oficiales correspondientes a los circuitos masculino y femenino, montados especialmente para la ocasi¨®n. Y despu¨¦s con el Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, que arrancar¨¢ tres semanas m¨¢s tarde de sus fechas previstas. El evento ha podido salvarse con el esfuerzo y la generosidad del pa¨ªs organizador y de los propios tenistas, que aceptaron unas condiciones estrictas de cuarentena, confinados en hoteles y con m¨ªnimo contacto exterior. Ha habido quejas, sobre todo de aquellos que no han podido entrenarse, que tuvieron que encerrarse a cal y canto por haber estado en relaci¨®n estrecha con positivos. Ese grupo competir¨¢ en desigualdad. Pero una mirada a esa foto de Nadal demuestra que ha merecido la pena. Salud y deporte.