El bronce tambi¨¦n sabe rico
El primer gran ¨¦xito del balonmano espa?ol tuvo color de bronce. Han pasado 25 a?os desde aquel podio en los Juegos de Atlanta 1996, conquistado s¨®lo dos meses despu¨¦s de la plata continental que abri¨® el grifo de las medallas internacionales. Luego han venido muchas m¨¢s, hasta un total de 15, cuatro de ellas de oro, dos en Mundiales y dos en Europeos. Pero aquel bronce ol¨ªmpico tuvo un sabor especial, fue un trampol¨ªn para futuras gestas. Por eso la Selecci¨®n nunca ha hecho ascos al tercer pelda?o. Todo lo contrario. En el palmar¨¦s hispano lucen siete medallas de bronce, casi la mitad del total: tres ol¨ªmpicas, dos mundiales y dos europeas. Y tan ricas. Cuando compites por el bronce como lo har¨ªas por el oro, obtienes estos resultados.
La final de consolaci¨®n es m¨¢s dif¨ªcil de jugar que la final por el t¨ªtulo, porque vienes de perder, de encajar un duro golpe moral. El equipo que mejor se levanta an¨ªmicamente de esa derrota suele dominar la batalla. Espa?a, m¨¢s acostumbrada hist¨®ricamente a poner en valor este partido, lo dej¨® claro desde el principio, con un parcial de 4-0 en los primeros cinco minutos y con celebraciones euf¨®ricas de cada tanto. As¨ª fue durante todo el encuentro, con ?lex Dujsebaev y Rodrigo Corrales estelares, y con el plantel en pleno entregado a la causa. Francia, una bestia negra en otros tiempos, un pa¨ªs m¨¢s habituado a celebrar los oros, con un total once t¨ªtulos entre Juegos, Mundiales y Europeos, s¨®lo se acerc¨® una vez a un gol de Espa?a. Nunca puso tanto fe como el rival. Y los partidos por el bronce se ganan con el f¨ªsico y con la calidad, s¨ª, pero tambi¨¦n con la cabeza y el coraz¨®n.
A la espera de los Juegos de Tokio, la medalla cierra otro cap¨ªtulo de esta brillante generaci¨®n de los Hispanos, porque algunos de los ilustres que este domingo se subieron al podio en Egipto no volver¨¢n a jugar un Mundial. Entre ellos, el gran capit¨¢n: Ra¨²l Entrerr¨ªos. El ciclo se va completando con otro ¨¦xito, con un bronce que no sabe a oro, tampoco nos enga?emos, pero que tambi¨¦n se saborea muy rico.