La adicci車n de Bryan Gil y los excesos de Diego Carlos
El peligro de ser t迆
Si algo est芍 escrito en el derbi sevillano, es que siempre sucede algo. El te車rico favoritismo del Sevilla se diluy車 r芍pidamente y solo la clemencia del Betis le permiti車 escapar vivo. Hubo algo de ingenuidad en ambos equipos, refrendada en los regalos defensivos b谷ticos y en los penaltis sevillistas. A Diego Carlos (27 a?os), autor de la primera pena m芍xima, se le puede achacar un exceso de 赤mpetu que le hace liderar la lista de jugadores que m芍s penaltis han cometido en esta 迆ltima temporada y media con un total de siete. Le siguen Bartra (Betis) con seis y David Luiz (Arsenal), Rub谷n Duarte (Alav谷s) y Nkolou (Torino) con cinco. Sin embargo, conviene ser justos con el central del Sevilla. La exageraci車n en sus maneras, con un punto de aparatosidad llamativo, no tiene nada de impostado. Es un defensa de raza, agresivo y potente en el cruce, que siempre va al l赤mite y arriesga en la anticipaci車n. El dato disparado de penaltis realizados es consecuencia 迆nica de su f迆tbol. Pero domesticar a Diego Carlos no parece una soluci車n adecuada. Es como es y su evoluci車n remite a esta forma tan desmesurada de manejarse.
El 谷xito precoz
Los grandes jugadores provocan el efecto de la adicci車n. Como aficionados siempre deseamos que reciban el bal車n para mostrar lo distintos que son. Con Bryan Gil y su temprana madurez, de apenas 19 a?os, pasa. El doblete contra el Granada resume su capacidad de sobreponerse a cualquier adversidad. Ni el estado del terreno de juego aplac車 su perseverancia, inteligencia y toque de distinci車n. No cej車 en su empe?o y lo intent車 una y otra vez. De ah赤 la copiosa cantidad de 35 balones perdidos. Es la cifra m芍s alta de un jugador en un partido de esta Liga, pero solo reafirma la singularidad del de Barbate en un contexto favorecedor que admite el Eibar de Mendilibar. Existe poco de acad谷mico en su juego y las expectativas son tan entusiastas que amenazan el riesgo de pecar por exceso, aunque el salto de Bryan Gil a la 谷lite aguarda m芍s partidos como el del Granada.
Los cambios
Dos meses sin ganar en casa es mucho tiempo para la Real Sociedad. A la alegr赤a inigualable del derbi vasco no le pudo a?adir otro triunfo ante Osasuna. Tir車 el primer tiempo ante el planteamiento certero de Arrasate de cerrar el interior. Y cuando empat車 y parec赤a encaminada al triunfo se produjo una decisi車n controvertida de Imanol. Oyarzabal y Portu, claves en la reacci車n, fueron sustituidos y la Real Sociedad desconect車 sus opciones de remontada. Sin Silva, no hay jugadores m芍s creativos, aunque muy diferentes, en el equipo realista. Ambos aparecen destacados en la tabla de ocasiones creadas este curso: 18 de Oyarzabal y 17 de Portu. Imanol prescindi車 demasiado pronto de ellos. Solo el entrenador conoce las razones. Si detr芍s de su resoluci車n emergen motivos f赤sicos se entender赤a, pero si fue por otras causas resulta cuanto menos discutible.
Un gol como s赤ntoma
Perder la identidad es lo peor que puede ocurrir. La crisis del Getafe se explica muy f芍cil desde esta perspectiva. Es un equipo irreconocible, alejado del fundamentalismo de Bordal芍s. Tierno, irresoluto y apagado. La nueva derrota contra el Valladolid se origin車 en una jugada muy ilustrativa. A Nacho nadie le encim車 en su desplazamiento en largo. La presi車n alta del Getafe carece ahora de la eficacia y los arreglos del pasado. Pero peor fue la soledad de Kike P谷rez tras un desajuste entre Arambarri y Cabaco y la facilidad con la que Weissman confirm車 el gol. La decadencia del Getafe se aprecia meses atr芍s y no se vislumbra un final cercano. La amenaza sobre su futuro y el de Bordal芍s es real.