Al Bar?a se le atraganta Europa
Desde que desapareci¨® el Atl¨¦tico de Madrid, heredero del Ciudad Real, en julio de 2013, el Barcelona se ha quedado solo en un sopor¨ªfero paseo por las competiciones estatales de balonmano. No tiene la culpa, claro, pero la falta de oposici¨®n en Espa?a ha ido restando valor a cada uno de sus interminables alirones caseros. Su dominio es tan aplastante, que la primera vez que empat¨® un partido, ante el Guadalajara en diciembre de 2017, la noticia se encaram¨® a las portadas en grandes titulares. Sin rival nacional, su reino ten¨ªa que trasladarse necesariamente a Europa, el ¨²nico lugar donde puede medirse con enemigos de su talla. No empez¨® mal la cosa, con el t¨ªtulo continental en 2015, el noveno en su palmar¨¦s. Pero no volvi¨® a conseguirlo, ni siquiera a pisar una final, desde entonces hasta ahora. Cay¨® en cuartos en 2016, fue cuarto en 2017, sucumbi¨® en octavos en 2018, termin¨® tercero en 2019... Una de las explicaciones que se ha manejado en estos ¨²ltimos a?os es, precisamente, la falta de resistencia en los torneos dom¨¦sticos.
Este curso, sin embargo, la cosa parec¨ªa diferente. El Bar?a se plantaba este martes en la at¨ªpica final de Colonia con 63 victorias encadenadas consecutivas, 39 de ellas en el presente a?o y 22 en la Liga de Campeones, una cifra que supone un r¨¦cord absoluto en esta competici¨®n. El Kiel alem¨¢n era el ¨²ltimo escollo para rematar el a?o perfecto y redondo con un pleno de 40 triunfos, para sumar la d¨¦cima Champions al frente de un palmar¨¦s que lidera desde hace tiempo y, sobre todo, para quitarse esa losa de los a?os recientes que ya comienza a pesar. La inercia pintaba mejor que nunca para romper esa tendencia negativa que va camino del maleficio. Pero en el ¨²ltimo partido de un triunfal 2020, tambi¨¦n en el choque m¨¢s relevante, Europa se volvi¨® a atragantar.