Dimito
Es un objetivo, un sue?o y una cuenta pendiente con mi padre, al que envidio como a Camacho y a Conte. Koeman, Gracia y muchos 'corbatas' pudieron pero no lo hicieron.
No s¨¦ si alguna vez ustedes han dimitido de algo. Pero esa sensaci¨®n debe ser lo m¨¢s. Qui¨¦n pudiera ser en la actualidad pol¨ªtico o Bartomeu para tener la oportunidad de comprobarlo.
El Campe ya era en La Mancha jefe de turno en Campsa, por curr¨ªculo, verbo y canas, pero rechaz¨® ocupar un cargo superior en la empresa ya que el aumento de sueldo tambi¨¦n iba necesariamente ligado a la urgencia de sacar la tijera con sus compa?eros, a comulgar con ruedas capitalistas de molino y, en definitiva, a vivir de espaldas a su salud de hierro y a su vena sindicalista. Aquella impropia cabezoner¨ªa le cost¨® la degradaci¨®n profesional del capataz, el exilio durante meses de angustia a Valencia y la espina, en forma de estigma, de no haber llegado donde pudo ni haber ganado lo que otros. Sin embargo, su negativa supuso un impacto reverencial en el gremio y fue un terremoto con mil r¨¦plicas en mis pensamientos.
Seguramente, ahora que reflexiono, llevo 38 a?os intentando imitarle inconscientemente buscando, sin ¨¦xito, una dimisi¨®n de tal calado. No existe una ruta m¨¢s corta y directa para infundir respeto y allanar el camino que ser fiel a tus principios a ojos del resto. Dej¨¦ la clase de Religi¨®n al d¨ªa siguiente de tomar, obligado, la Comuni¨®n. Me alej¨¦ de alguna novia que quer¨ªa atarme a la pata de la mesa con 13 a?os. Abandon¨¦ a un buen equipo por no jugar a mi juego. Me cas¨¦ a puerta cerrada. Renunci¨¦ a alguna buena oferta de trabajo porque esos colores no eran los m¨ªos o porque el promotor del plan era un dictador. Pero dimitir como tal, aun pens¨¢ndolo, nunca lo he podido hacer al no pisar jam¨¢s las alturas. El plant¨®n de Camacho al Madrid o el de Conte a la Juventus no hicieron m¨¢s que reforzar esa percepci¨®n, quiz¨¢s desvirtuada pero sincera, de que el verbo que a uno eleva m¨¢s, y le deja la conciencia m¨¢s tranquila, es el de dimitir a tiempo. Es un objetivo pendiente. Al exseleccionador se le conoce m¨¢s por aquella salida por sorpresa del club de su vida que por cualquier otro hito en sus 28 a?os de carrera en la banda. Al actual t¨¦cnico del Inter de Mil¨¢n no le ha ido peor la vida despu¨¦s de aquel veraniego suceso: de ah¨ª le encomendaron dirigir a Italia, pas¨® m¨¢s tarde por el Chelsea (con Premier y FA Cup incluidas) y lo quiso fichar hasta Florentino hace s¨®lo un rato.
El holand¨¦s estaba dirigiendo a su selecci¨®n rumbo a la Eurocopa, no se le fue Messi nada m¨¢s llegar de milagro, la revoluci¨®n que quer¨ªa y aire¨® qued¨® en una involuci¨®n por la letra peque?a de muchos contratos que quisieron finiquitar antes de tiempo y el mercado le record¨® que su 9 pasa a ser Braithwaite para lo bueno y lo malo. El h¨¦roe de Wembley podr¨ªa haber acrecentado su leyenda sin cerrarse la puerta del club para un futuro inmediato, al rev¨¦s, pero ha preferido p¨¢jaro en mano. Xavi no tuvo su pegada, claro est¨¢, como tambi¨¦n es patente que siempre ha parecido m¨¢s fino, contemporizador e inteligente. Su negativa en Navidad se le conmutar¨¢ en breve por un cheque en blanco. Lo del t¨¦cnico che ha sido bastante peor, porque la humillaci¨®n fue m¨¢s sonora, vejatoria y dolorosa. Lim y sus secuaces han destruido un proyecto de calado, aprovechando que la grada est¨¢ vac¨ªa, y la directiva le ha ido desacreditando hasta brindarle un plantel de medio pelo por no fichar lo apalabrado. Continuar¨¢ sin convicci¨®n, que es lo m¨¢s grave que puede hacer cualquiera que est¨¦ inmerso en un proyecto.
Les deseo suerte porque la necesitar¨¢n y, adem¨¢s, porque han demostrado y est¨¢n demostrando categor¨ªa. Ahora, cuando salgan de Bar?a y Valencia, porque todo pinta a que saldr¨¢n, no tendr¨¢n ninguna validez sus entrevistas justificadoras atacando al personal y, llegado el caso, se?alando las incompetencias que vivieron y que no les permitieron triunfar. Las oportunidades tienen fecha de caducidad. Veremos la evoluci¨®n de sus trabajos en pleno temporal. Con los banquillos institucionales, con y sin bal¨®n, me he rendido. Ya esperamos de ellos entre poco y nada. Ah¨ª s¨ª que, como un escribano m¨¢s de la actualidad, dimito. Aunque sea por ensayar. Qu¨¦ bien suena. Para todo y en cualquier momento. Dimito. No me canso de decirlo y planearlo. De momento, como ejercicio de honestidad, como titular que agradar¨¢ a los colegas del SEO, como recordatorio de que se dimite mucho menos de lo debido y de lo que necesitamos y, m¨¢s que nada, como entrenamiento personal hasta que pueda rendirle realmente justicia a mi padre.