El compliance officer, sheriff o cabeza de turco
El reciente caso vinculado al F.C Barcelona y el despido de su compliance officer, ponen est¨¢ desconocida figura en primera l¨ªnea medi¨¢tica.
Al hablar de compliance, a muchos les sonar¨¢ m¨¢s a chino que a ingles, hemos interiorizado decenas de anglicismos en el futbol como goal-average, derbi, hat-trick, sponsor, transfer, sin entrar en los m¨¢s comunes como corner o penalti y no deja de ser ir¨®nico que la entidad que vivi¨® su ¨¦poca dorada bajo el paraguas de otra asunci¨®n idiom¨¢tica, el Dream Team, haya puesto de relieve esta figura.
El compliance o cumplimiento normativo, consiste b¨¢sicamente en instaurar pol¨ªticas adecuadas y suficientes para garantizar que una entidad as¨ª como las personas que la conforman, cumplan con todas las normas que les son aplicables. Es necesario en cualquier empresa realizar un estudio sobre los riesgos que pueden afectar a la misma y una vez detectados, definir las medidas correctoras y controles para prevenir estos riesgos as¨ª como formar a todos los agentes vinculados a la entidad para evitar cualquier practica que ponga en riesgo al Club, Federaci¨®n etc.
La persona responsable de desarrollar estos cometidos es el compliance officer y si bien esta integrado en la estructura del club, debe contar con independencia respecto al resto de la estructura y estar protegido frente a repercusiones que se puedan derivar del ejercicio de sus funciones.
En las ¨²ltimas semanas el escandalo ha estado servido en la ciudad condal tras el fulminante despido de la compliance officer del F.C Barcelona, Noelia Romero. Un cargo que obtuvo a principios de 2019 y que analiz¨¢ndolo con perspectiva ya resultaba aparentemente de alto riesgo tras haber vivido el caso del trasplante h¨ªgado de Eric Abidal en 2012, el de las transferencias internacionales de jugadores menores de edad y la sanci¨®n de FIFA en 2014 o el m¨¢s importante de todos, la condena penal del Club como persona jur¨ªdica por delito fiscal y defraudar a la hacienda p¨²blica en el caso del fichaje de Neymar con una condena de 5,5 millones de euros.
El desarrollo de un plan de compliance puede servir como atenuante como fue en este caso, evitando penas m¨¢s graves como la suspensi¨®n de su actividad o el cierre temporal e incluso como eximente como en el caso del Osasuna en el hist¨®rico primer caso de condena por corrupci¨®n deportiva.
El detonante para dicho despido, precedido de suspensi¨®n temporal de empleo y sueldo ha sido el conocido como Bar?aGate y el presunto encargo del club catal¨¢n a la empresa i13Ventures para mejorar la imagen de Bartomeu y difamar a sus propios jugadores. Este contrato de cerca de un mill¨®n de euros estaba fraccionado en pagos de 198 mil euros anuales, justo en el l¨ªmite estatutario que fija en 200.000 los gastos que necesitan aprobaci¨®n especial de la directiva.
Tras la publicaci¨®n en los medios de este caso, el Bar?a encargo a PWC la auditor¨ªa de la situaci¨®n y al parecer la conclusi¨®n que decidieron sacar los responsables del Club fue la de cargar las tintas contra la compliance officer y los protocolos de control a su cargo. Tras estas declaraciones, Romero publico un contundente comunicado animando a los socios a solicitar el informe integro y responsabilidades a los directivos, y se precipito su despido.
El compliance debe implantarse en todas las entidades deportivas, clubes, o federaciones sin ning¨²n tipo de cuesti¨®n, ya que si bien todos nos preciamos de hablar de los "valores del deporte" y son una referencia para toda la sociedad y en especial los m¨¢s j¨®venes, nada da?a m¨¢s esa imagen que los casos de dopaje, ama?o de partidos, apuestas ilegales, explotaci¨®n de menores o corrupci¨®n en las instituciones por enumerar solo unos pocos de estos riesgos.
El compliance officer no debe ser un sheriff al que todos teman, pero en ning¨²n caso la cabeza de turco en la que escudarse. Es fundamental que la directiva crea en el proyecto y confi¨¦ en expertos para luchar por una aplicaci¨®n real, no un programa "solo de papel" y se pueda garantizar una mayor transparencia, buena gobernanza y cultura ¨¦tica que tanto merece nuestro deporte.