El VAR es la especie invasora del f¨²tbol
Acog¨ª el VAR con escepticismo, luego trat¨¦ de resignarme y hasta de ver sus ventajas. Que las hay. Corrige injusticias. Pero en poco tiempo se ha convertido en una especie invasora del f¨²tbol que empieza a corroer la naturaleza del juego. Ha descompuesto la funci¨®n arbitral al tiempo que resulta coercitivo para los jugadores, que ya cantan los goles bajo reserva, viven amenazados de que un par de mil¨ªmetros les arrebaten la alegr¨ªa y no saben d¨®nde poner las manos cuando est¨¢n en su ¨¢rea. Sufren el albur de un Gran Hermano que decide fuera de las l¨ªneas de cal, entre las que coexist¨ªan, con los problemas de toda familia, futbolistas y ¨¢rbitro.
Lo que se concibi¨® y se present¨® como un medio para evitar errores de bochorno se ha convertido en un menudeo insufrible del que, por cierto, se escapan barbaridades como los penaltis de Getafe y Mallorca. Pero lo peor es que para aplicar el VAR hasta el ¨²ltimo detalle se ha ca¨ªdo en establecer criterios contra natura para redefinir las faltas: que si la mano aqu¨ª, que si el tobillo all¨¢, que si el codo acull¨¢... El Reglamento del f¨²tbol era sencillo: una especie de Ley Natural condicionada a no tocar el bal¨®n con la mano, el 'off-side' y poco m¨¢s. Todas las reglas se resum¨ªan en una: la lealtad al esp¨ªritu de la norma.
Para eso estaban los ¨¢rbitros con su criterio, nacido del conocimiento de la reglas, su vocaci¨®n y su experiencia. Ahora est¨¢n presos en una red de instrucciones que intentan reducir el f¨²tbol a una casu¨ªstica artificial. Puro tributo a la tecnolog¨ªa, que exige que los ¨¢rbitros sean robots. Y no son robots, son ¨¢rbitros criados en un f¨²tbol m¨¢s real, hoy empachados con un potaje de instrucciones y circulares indigestible. Llegaron ah¨ª aprendiendo el arbitraje de otra manera y ahora viven un conflicto. Lo del VAR me hace pensar en el esperanto, aquella idea de ilusos visionarios. Ya se vio lo que fue de ello. La vida no se reinventa as¨ª como as¨ª.