La doble angustia del combate
Los deportes de combate han vivido una doble angustia durante la pandemia. La primera, ya superada, afectaba a su ¨¦lite, a los deportistas que preparaban el asalto a Tokio 2020, varios de ellos con serias aspiraciones a medalla: Sandra S¨¢nchez, Dami¨¢n Quintero, Jes¨²s Tortosa, Niko Sherazadishvili, Gabriel Escobar, Laura Palacio, Javier P¨¦rez Polo, Julia Figueroa¡ Como el resto de ol¨ªmpicos, todos sufrieron la incertidumbre de verse encerrados en un triste confinamiento, sin poder preparar en buenas condiciones su objetivo, para muchos el gran sue?o de sus carreras. El aplazamiento de los Juegos a 2021 acab¨® con esa ansiedad, pero abri¨® otras. La segunda angustia, en este caso no superada, afecta a muchos m¨¢s, a 300.000 deportistas federados y a 4.000 clubes. El contacto f¨ªsico relega a estas disciplinas de combate al ¨²ltimo lugar de la fila en la desescalada del deporte. Los gimnasios pagan las consecuencias. Algunos ya han tenido que echar el cierre, como el Sung Do Kwan de Guadalajara, donde se form¨® Sonia Reyes, taekwondista ol¨ªmpica en Atenas 2004.
Estos nubarrones de futuro han acelerado una idea que se arrastraba desde hace tiempo, la creaci¨®n de la Uni¨®n de Federaciones Espa?olas de Deportes de Combate, que bajo las siglas UFEDC re¨²ne a las de K¨¢rate, Judo, Boxeo, Taekwondo, Lucha, Esgrima y Kickboxing. La crisis y la necesidad las han unido. Todos estos deportes tienen nexos, m¨¢s all¨¢ del contacto: su base en los gimnasios, el creciente intrusismo¡ y el frenazo que ha supuesto el confinamiento a su actividad. El primer paso ha sido convencer a las instituciones de que estas disciplinas se pueden practicar inicialmente sin combates personales. Pero quieren llegar m¨¢s lejos, porque mejor antes que despu¨¦s necesitar¨¢n un rival enfrente para ser competitivos. Muchas familias dependen de esos clubes. Y tambi¨¦n muchas medallas del ma?ana.