La tristeza, la ira y los nervios empiezan a aparecer en Italia
Salgo a hacer la compra despu¨¦s de quince d¨ªas desde la ¨²ltima vez y mientras estoy en la infinita cola esperando mi turno para entrar, asisto al siguiente episodio. Un se?or intenta colarse sutilmente. El hombre de detr¨¢s explota y empieza a decirle a gritos que si estamos en esta situaci¨®n de crisis total es por culpa de gente as¨ª, que buscan la trampa, el truco para infringir las normas. Leyendo entre l¨ªneas, todos los que presenciamos la escena entendemos que sobre todo se refiere a esa gente que durante semanas sigui¨® saliendo a la calle a dar una vuelta, o cogi¨® la bici para pasear un rato con la familia, o qued¨® con el vecino para pasear a los perros, alegando todos, que respetaban la distancia de seguridad y que no estaba prohibido hacer algo de actividad al aire libre. El gobierno italiano fue cambiando los decretos, haci¨¦ndolos cada vez m¨¢s duros a nivel de sanciones. Y ahora si, parece que la gente ha entendido que hay que quedarse en casa y salir solo para lo imprescindible.
Llevamos m¨¢s de un mes en esta situaci¨®n y el humor de la gente ha cambiado. Aparte de la preocupaci¨®n, estamos todos tristes, nerviosos e irascibles. Mis vecinos han dejado de salir cada tarde a poner m¨²sica y cantar. Ya no o¨ªmos el himno de Italia cada d¨ªa, los mensajes de patriotismo y unidad han quedado relegados a un peque?o n¨²mero de banderas italianas colgadas de los balcones. Mi hijo empieza a preguntarnos si tenemos alguna idea de cuando podremos volver a la vida normal. El confinamiento empieza a ser casi insoportable.