La verdad sobre Capello, Lorenzo y Fernando Sanz

El pasado 13 de febrero, Fabio Capello se despachaba, en un foro organizado en Espa?a en el que particip¨® el entrenador italiano, con una acusaci¨®n que me son¨® fea por el tono y por dejarla botando sin demostrar la veracidad de sus palabras. Preguntado por su turbulenta primera etapa como t¨¦cnico del Bernab¨¦u (1966-97), afirm¨®: ¡°Con los jugadores no tuve ning¨²n problema en el club, s¨®lo tuve problemas a nivel de presidente. Quer¨ªa que pusiera a su hijo a jugar y yo le dije que en ese Madrid no pod¨ªa hacerlo¡±. Uno, aprovechando que tiene m¨¢s tiempo en casa forzado por las tristes circunstancias, he levantado tel¨¦fonos y ha indagado sobre todo lo ocurrido con Fernando Sanz en aquellos finales de siglo. Empiezo por la conclusi¨®n final: Capello utiliz¨® el nombre del hijo de Lorenzo Sanz para justificar su reiterado intento por bajar del tren en marcha (desde mediados de temporada ya quer¨ªa irse) y regresar a su Mil¨¢n.

Fabio lleg¨® en el verano de 1996. En la plantilla estaba, efectivamente, Fernando Sanz, el ¨²nico jugador junto a Guti que estuvo en todas las categor¨ªas inferiores de la cantera de la Ciudad Deportiva, incluso cuando su padre ni siquiera pertenec¨ªa a la directiva madridista. En verano le dijo que contaba con ¨¦l, pero apenas le utiliz¨® durante los ensayos de pretemporada. Ahora les cuento algo que nunca se public¨® y ha llegado el momento. Cuando iba a finalizar ese mercado de fichajes, Fernando Sanz recibi¨® una llamada personal de Jos¨¦ Antonio Camacho. El m¨ªster le dijo que le encantar¨ªa tenerle en su proyecto que arrancaba en el Sevilla y que pensaba darle minutos y protagonismo. Martag¨®n ya iba cogiendo a?os y ten¨ªa sitio para ¨¦l. Fernando Sanz se lo dijo a Capello y le pidi¨® que le dejase salir. ¡°No y no. Vas a jugar conmigo, ya lo ver¨¢s¡±, respondi¨® con aparente firmeza el italiano. Pero las palabras se las llevas el viento y llegado al mercado invernal casi ni se hab¨ªa estrenado. De nuevo le llam¨® el Sevilla y Capello, incre¨ªblemente, insisti¨® en negarse a dejarle salir. Iba cogiendo forma su estrategia.

S¨®lo un mes despu¨¦s, en febrero, Capello llam¨® al presidente para comunicarle que el Mil¨¢n le hab¨ªa hecho una oferta de tres a?os para regresar all¨ª. El 27 de febrero su abogado lleg¨® a las oficinas para negociar su rescisi¨®n. Lorenzo Sanz se neg¨® y le oblig¨® a quedarse hasta final de curso. En los siguientes meses, Fernando Sanz apenas jug¨® minutos residuales en el Pizju¨¢n (dos minutos) y Compostela (13¡¯). En Alicante (9 de febrero) le puso de titular por primera vez (2-3), pero en el descanso le quit¨® para se?alarle p¨²blicamente. No volver¨ªa a jugar un solo minuto hasta el 22 de junio con el alir¨®n liguero consumado y el Campeonato acabado¡­

Capello iba diciendo en los cen¨¢culos con periodistas que se quer¨ªa volver a Mil¨¢n porque el presidente le presionaba para que jugase su hijo. Fernando Sanz, harto de sentirse utilizado en la estrategia del italiano para justificar su ¡®tocata y fuga¡¯, entr¨® en su despacho y le dijo a la cara cuatro cosas que a cualquier otro le habr¨ªan ruborizado como m¨ªnimo. Capello, inalterable, se limit¨® a responderle: ¡°Chaval, yo tengo ofertas del Roma y del Mil¨¢n, a m¨ª no me va a faltar trabajo cuando me vaya de aqu¨ª¡±. Eso s¨ª, aunque ten¨ªa fama de duro, pese a que los calificativos que escuch¨® eran muy duros no hizo adem¨¢n de replicarle siquiera. El caso es que Fabio s¨®lo cumpli¨® el primero de sus tres a?os firmados con el Madrid y, efectivamente, regres¨® a Mil¨¢n. Fernando Sanz, que no ¡®val¨ªa¡¯ para el Madrid, jug¨® con Heynckes varios partidos relevantes en el famoso a?o de la S¨¦ptima. Sobre todo la eliminatoria completa con el Borussia Dortmund en semifinales. Fue titular en la ida, en el famoso partido de la porter¨ªa ca¨ªda, al no estar Hierro ese d¨ªa por sanci¨®n. Victoria por 2-0 y actuaci¨®n completa. Mejor todav¨ªa en la vuelta (esta vez el sancionado era Sanch¨ªs), dado que fue un basti¨®n atr¨¢s junto a Hierro y el 0-0 final meti¨® al Madrid en la so?ada final de ?msterdam. Cuando Heynckes conquist¨® la S¨¦ptima y fue destituido tres d¨ªas despu¨¦s (ya estaba pactado), en una de sus primeras entrevistas reconoci¨® que a Fernando Sanz debi¨® haberle dado m¨¢s minutos dado su rendimiento y afirm¨® que jam¨¢s le hab¨ªa dicho el presidente que su hijo deb¨ªa jugar.

Siete meses despu¨¦s, Fernando Sanz fue titular, esta vez con Hiddink en el banquillo, en la final de la Intercontinental ante el Vasco de Gama en Tokio. Ra¨²l marc¨® el famoso ¡®Gol del Aguan¨ªs¡¯ en el 83¡¯, pero s¨®lo tres minutos despu¨¦s Fernando salv¨® desde la l¨ªnea el gol de Gilherme que hubiese forzado la pr¨®rroga. Acabado ese curso y sin nada que demostrar ya, Fernando Sanz pidi¨® la carta de libertad renunciando a cuatro a?os de contrato (era de los m¨¢s bajos de la plantilla) y se fue al M¨¢laga. All¨ª permaneci¨® siete temporadas (?jugando 228 partidos!), siendo despu¨¦s el presidente del club que le salv¨® de la desaparici¨®n. Cada vez que jug¨® con el M¨¢laga en Madrid, el Bernab¨¦u le dedic¨® una cari?osa ovaci¨®n. El tiempo pone a cada uno en su sitio.