El rugby regresa al lugar del crimen

El XV del Le¨®n vuelve este s¨¢bado al lugar del crimen, al origen de una serie de catastr¨®ficos sucesos de los que todav¨ªa quedan rescoldos al rojo vivo. Espa?a juega contra B¨¦lgica, en Bruselas, dos a?os despu¨¦s de aquella derrota que frustr¨®, inicialmente, el sue?o de disputar el Mundial de Jap¨®n. La tendenciosa actuaci¨®n de Vlad Iordachescu dej¨® al descubierto algunas miserias ocultas del rugby: un rumano, Octavian Morariu, presidente de Rugby Europe, nombr¨® como ¨¢rbitro a otro rumano para pitar el partido decisivo que clasificaba a Ruman¨ªa. Varios jugadores espa?oles perdieron tambi¨¦n los nerviosos ante semejante esc¨¢ndalo y agredieron al colegiado al final del duelo, una actitud que se sald¨® con duras sanciones y, como consecuencia, con despidos de sus clubes. El foll¨®n no acab¨® ah¨ª. En represalia, los equipos part¨ªcipes comenzaron a cruzarse denuncias por alineaciones indebidas de jugadores nacionalizados, que terminaron con los tres pa¨ªses descalificados de la pelea por la Copa del Mundo: Ruman¨ªa, Espa?a y B¨¦lgica. Ni para ti, ni para m¨ª. Todos fuera.

Dos a?os despu¨¦s, no parece que los implicados hayan aprendido la lecci¨®n. En la v¨ªspera del Ruman¨ªa-Espa?a, en la pasada jornada del Seis Naciones B, la Federaci¨®n tuvo que retirar de la convocatoria a John Wesell Bell, ante las dudas que envuelven su elegibilidad. Otro tropiezo en la misma piedra. Despu¨¦s del partido, rumanos y espa?oles se liaron a bofetadas en un pub para resolver viejos rencores. Designaciones corruptas, arbitrajes parciales, agresiones, sanciones, denuncias, peleas de bar¡­ Una novela negra que aglutina aquellos ingredientes que el rugby siempre ha negado en su seno. ¡°Nuestro deporte es diferente¡±, ha sido la habitual cantinela, trastocada ahora por una sucesi¨®n de hechos que cuestionan la dulce leyenda de la nobleza oval y del amistoso tercer tiempo.