Eder Sarabia, sensaci¨®n de vivir
Si algo nos ense?¨® la televisi¨®n es que una pareja bes¨¢ndose en directo nunca es tan divertida como una pareja discutiendo en directo. Nos gusta un drama. Somos ultras del salseo. En el instituto nos dibuj¨¢bamos 90210 con bol¨ªgrafo azul en la palma de la mano y ahora devoramos la bronca televisada de Sarabia a las estrellas del Barcelona. Escenas as¨ª activan ciertos resortes de nuestro cerebro como lo hace La isla de las tentaciones. No deber¨ªamos regodearnos en el dolor ajeno pero observamos las im¨¢genes subtituladas del subalterno de Seti¨¦n, maldiciendo en el banquillo, como el que mira un accidente de tr¨¢fico entre los dedos de las manos. Vemos el para¨ªso azulgrana saltando por los aires y nos falta muy poco para gritar Eder en lugar de Estefan¨ªa.
No me atrevo a juzgar al segundo entrenador del Barcelona por minuto y medio de v¨ªdeo en llamas, bastante tendr¨¢ en casa. Me interesa m¨¢s el debate period¨ªstico que rodea a la pieza. En Twitter leo a varios analistas quej¨¢ndose de que la bronca haya ocupado un espacio que deb¨ªa corresponderle al an¨¢lisis riguroso del partido. Tambi¨¦n est¨¢n los que tratan de hacernos ver que esta escena, rara veces vista en los ¨²ltimos tiempos, es lo m¨¢s normal del mundo. Comparto su hartazgo con ciertos modos de la prensa, pero no puedo darles la raz¨®n. Recuerdo dos cosas: guardar recortes de Brenda y Kelly de la Teleindiscreta de mi madre y que soy periodista.
Mi argumento es sencillo: la realidad de un equipo no est¨¢ s¨®lo en los n¨²meros. Vive tambi¨¦n en las relaciones que mantienen entre s¨ª las personas que lo forman. Ahora sabemos algo de la pareja Sarabia-Seti¨¦n Betis en el escenario Barcelona que s¨®lo intu¨ªamos. Algo que conoc¨ªan en el underground sevillano y ahora ha estallado en prime time. C¨®mo no interesarnos por ese amor a trompicones que puede marcar el devenir de un equipo de ¨¦lite. No s¨¦ en qu¨¦ altura nos coloca como seres humanos, pero es natural. Tanto como gritarle a Semedo que su estilo al presionar se asemeja a los movimientos err¨¢ticos de un robot aspirador.
A veces imagino a los analistas del f¨²tbol como a aquellos granjeros locos de Florida que trataban de combatir el hurac¨¢n a balazos en el meme de Facebook. Manotazos al aire. Desconf¨ªo cada vez que me tratan de explicar con pretendida precisi¨®n cient¨ªfica un invento que se juega con los pies, la parte menos previsible de nuestra anatom¨ªa. Para entender un equipo yo necesito que el periodismo descubra momentos como el de Sarabia en la banda. Celebro cuando lo hace. Que me ense?e a las personas que deciden los sistemas. Calmadas o excesivas. Concursantes de Saber y Ganar o candidatos de primer orden a cualquier edici¨®n de Gran Hermano que se precie. Seguro que est¨¢ bronca ser¨¢ la respuesta a algo dentro de unos meses.