Esta Espa?a no es Espa?a
Un equipo bajo la denominaci¨®n de Espa?a competir¨¢ a partir de este s¨¢bado en la ATP Cup frente a Georgia. Sonar¨¢ el himno y se exhibir¨¢ la bandera, con los cinco jugadores en formaci¨®n. Cuatro de ellos son los mismos que se proclamaron campeones de la Davis en Madrid hace un mes y medio: Rafa Nadal, Roberto Bautista, Feliciano L¨®pez y Pablo Carre?o. El quinto, Albert Ramos, tambi¨¦n ha prestado servicio a la causa en eliminatorias anteriores. Son los mismos, s¨ª, pero aquella era la Selecci¨®n de Espa?a oficial y esta no lo es, aunque se enfunde en los colores rojigualdas. El art¨ªculo 33.2 de la Ley del Deporte es claro en este sentido: ¡°Las Federaciones deportivas espa?olas ostentar¨¢n la representaci¨®n de Espa?a en las actividades y competiciones deportivas de car¨¢cter internacional. A estos efectos ser¨¢ competencia de cada Federaci¨®n la elecci¨®n de los deportistas que han de integrar las selecciones nacionales¡±. De eso, y de otras cosas, se queja Miguel D¨ªaz, el presidente de la RFET. S¨®lo el Gobierno, y por delegaci¨®n las federaciones, puede decidir la representaci¨®n exterior del pa¨ªs.
Los jugadores no son los responsables,?que conste. Ellos tienen una fecha marcada en el calendario con un evento que ofrece puntos ATP, una bolsa de premios y una buena preparaci¨®n para Australia. Como Nadal es la mayor fiera competitiva del planeta, va a intentar ganar este torneo, como lo hizo unos d¨ªas atr¨¢s en la exhibici¨®n de Mubadala o como lo hace en cualquier escenario. El problema de origen est¨¢ en el viejo pulso que mantienen las federaciones y los organizadores privados por el control del deporte, pero en esta ocasi¨®n se ha traspasado un l¨ªmite que a¨²n no se hab¨ªa explorado: las Selecciones Nacionales. Eso trae otro peligro que apunta D¨ªaz: la RFET recibi¨® un dinero de la Copa Davis que ir¨¢ destinado a becas y formaci¨®n. La ATP, igual que otros circuitos y ligas, no riega ese futuro.